Uno de son los tres únicos árboles de la ciudad que están protegidos por el Govern.

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En Palma hay en estos momentos 58.130 árboles, de 95 especies diferentes. Del total, 33.610 están en calles y 24.520 en las 391 zonas verdes existentes. Pero solo el 28 % del arbolado de las calles de Palma está realmente bien colocado para que el árbol crezca con garantías, lo que implica un trabajo de reordenación y de repensar la ciudad que Cort ha puesto en marcha.

Según el plan de gestión municipal de espacios verdes y arbolado urbano de la ciudad, la mayor parte del arbolado de alineación, el 83 %, está plantado en aceras de entre 2 y 5 metros, el 46 % en aceras de 2 a 3 metros y el 9 % en aceras de menos de 2 metros. Puesto que casi todo el urbanismo de Palma tiene voladizo (balcones, ...) el espacio disponible para la copa del árbol es bastante inferior al ancho de la calle, «por lo que las interferencias son continuas », reconoce el concejal d’Infraestructures, Rodrigo Romero.

La solución pasa por plantar especies de menor tamaño o no reponer en la acera sino en la calzada, prescindiendo de plazas de aparcamiento o reordenando.

El plan de gestión prevé también la revisión de las especies a emplear por otros motivos. Y es que algunas han demostrado con los años su escasa adaptación a las ciudades, ya que los daños que provocan son mayores que los beneficios que reportan, por lo que se han dejado de plantar y se sustituyen por otras mejor adaptadas. Es el caso del árbol botella (tiene mucha potencia de raíz y levantan aceras o se meten en propiedades particulares), la acacia (es de madera muy que bradiza), el eucalipto (empobrece mucho el suelo), el ficus (una especie que pincha y puede causar daños) o el olmo, la bella sombra o el pino (en inviernos secos y veranos calurosos pierden elasticidad de rama y se rompen).