Susana Díaz y Francina Armengol en la sede de la Casa Andalucia de Maó. | Javier Coll

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La recogida de avales en Balears no deja lugar a dudas. El PSIB está con Pedro Sánchez y lo va a demostrar el próximo día 21, a urna abierta. Sánchez ha obtenido 976 avales, Patxi López 450 y Susana Díaz 350. Eso, a la hora de la verdad, y si no se produce un terremoto político en las dos semanas largas que quedan, quiere decir que Sánchez va a barrer en el Archipiélago. Los 450 avales patxistas obedecen al deseo de la presidenta Armengol de no poner todos los huevos en el mismo cesto. Cabe recordar que Armengol plantó cara de forma decidida al golpe de mano de la sultana de la Torre del Oro contra Sánchez el pasado octubre.

Después, para ejercer el papel 'neutral' de presidenta, Armengol optó por Patxi, pero con la boca pequeña, sin mojarse los pies. Hombres de su aparato, como Cosme Bonet, han pedido avales para el vasco. Muchos no han podido negarse porque entendían que es una petición expresa de la inquilina del Consolat, su secretaria general. Pero a la hora de la verdad, muchos de estos patxistas de cabeza inclinada votarán Pedro. A esto lo sabe hasta la corona de la Virgen de Lluch. Por su parte, personas muy próximas a Francina, como Sílvia Cano, su mano derecha en el partido, han pedido avales para Sánchez. El resultado final era el buscado: Sánchez favorito en Balears y Francina salvando la cara caso de que la sultana gane en el conjunto de España (que está por ver).

Llama la atención el escaso entusiasmo de los susanistas isleños. Parece que todo se reduce al grupito tocanarices de Calvià con Joan Mesquida al piano; a los restos del calvismo en Palma, con Pepe Hila intentando sacar tajada política (al final siempre mete la pata), y a un Ramon Torres que por lo que indican los números, apenas ha conseguido firmas en la barriada de Son Cotoner y aledaños. Una de dos: o Ramon, a sus setenta tacos, ya no está para bailar zapateados o que se huele que la guitarra susanista desafina. Hará la comedia ante ella. Pero es un superviviente nato. En suma: muy poca alforja para tanto viaje.

¿Y en la Península? Cabe deducir que del Tajo para arriba Sánchez tiene todas de ganar, no por una diferencia escandalosa, pero sí con suficiente claridad. Cuidado también a la polarización de estas últimas semanas porque muchos patxistas vascos o cántabros podrían votar al final por Sánchez para compartir fiesta, aunque sólo sea norteña y no en toda España. Desde los tiempos del cruce del Rubicón, toda victoria tiene cien padres y toda derrota es huérfana.

La clave está en qué ocurrirá del Tajo para abajo. Tres autonomías subvencionadas tienen estructurado un aparato socialista fortísimo, sobre todo en Andalucía y Extremadura. Allí Susana manda más que el emir de Abu Dabi en su desierto. En Castilla La Mancha también hay mucho susanismo, pero, por ejemplo, en Albacete, antiguo cuartel de las Brigadas Internacionales, el pedrismo resiste. El grueso de los avales a Susana son de estas tres autonomías. Ella, como presidenta andaluza, donde el PSOE gobierna desde los tiempos de Almanzor, cuenta con el aparato político más potente de todo el sur de Europa. Junto a la sultana se alinean los subvencionados presidentes extremeño y manchego, un Vara y un Page que actuaron de Tarik y Muza en la revuelta de octubre contra su secretario general. Es mucho, pero mucho, aparato. Pero tal vez no baste....

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Porque a otros barones susanistas no les llega la camisa al cuerpo. Estas primarias pueden convertirse también en un cachete en la cara para el valenciano Ximo y el aragonés Lambán, que han jugado a oficialismo por tic de supervivencia y ahora ven que la tortilla no está tan asentada como pensaban. Falta mucha tela que cortar antes del resultado final.

A partir de ahora van a jugar en el envite factores internos y externos de gran calado. Desde dentro, es seguro que el susanismo va a intentar anular el máximo posible de avales pedristas. Les va el pellejo político en este pleito. Una derrota en las primarias pondría contra las cuerdas al aparato andaluz, que se extendería a todo el sur del Tajo. No se trata de personalismos. Esta tropa asentada y apoltronada ha hecho presidente a Rajoy, nada menos. Susana tiene que ganar cueste lo que cueste. Tiene el ejemplo de como lo hacían González y Guerra en sus buenos tiempos, caiga quien caiga. La diferencia es que entonces esta pareja sevillana tenía la piel más roja que un manojo de rabanitos y ahora Susana tiene que explicar cómo ha apuntalado al PP en el poder. Pero la sultana ha de torear todos los Mihuras...

Una vez deslegitimado en parte el alud de avales pedristas, calificando de 'tramposo' al líder de las bases, es más que posible que tire de sarcófago para salvar los muebles. Desenterrará, sin duda, a los dinosaurios Felipe y Rubalcaba, que se dedicarán a hacer tremendismo y a proclamar que si gana Sánchez vendrá un desastre.

En el aspecto externo Susana también jugará fuerte. Necesita a Rajoy y a su pontentísimo aparato mediático. La clave de este pleito es la decisión de Susana de permitir la investidura de Rajoy. Si ahora gana Pedro, la legislatura durará dos telediarios. Mariano necesita a Susana y Susana necesita a Mariano. Pronto lo veremos.

Pero el factor decisivo no está en manos de la sultana, al menos en el norte del Tajo. Y es que a la hora de la verdad la militancia vota libremente. Los avales son un indicativo, nada más. Obedecen a menudo a la presión del aparato sobre las bases. Pero cuando hay urna e interventores de cada corriente, muchos le harán la pirula a lo que avalaron. En todos los partidos hay mucha gente deseosa de cambios de personas, incluso en las riberas del Guadalquivir. Queda mucha tela que cortar. Y mucho juego sucio, que implica a todos porque unas nuevas elecciones generales no es un asunto interno de un solo partido.