Mae de la Concha junto a Alberto Jarabo. | Gemma Andreu

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La actividad en Podemos es frenética estos días. El anuncio de Alberto Jarabo de que no se presentará a la reelección como secretario general tras el festival del apartamento realquilado en Son Serra de Marina ha puesto en marcha la maquinaria interna del pablismo en Balears. El pasado fin de semana fue intensísimo. Dos cosas son seguras: Jarabo no resucitará y no quieren ver ni en pintura los movimientos «conspiranoides y hueros» de Laura Camargo y su grupito. Los pablistas están cada vez más convencidos de que Laura «dice lo que cree que piensa, pero no reflexiona lo que afirma. Tiene cultura política, pero carece de sentido común político».

La cúpula de Madrid ha sido informada. «Nanay de Camargo, que un día te monta un manifiesto y al siguiente dice que no se quiere presentar». Laura es del segmento anticapitalista y a Pablo Iglesias y su entorno, que tienen su estructura ideológica bien estructurada, no le hace ni pizca de gracia que Laurita y sus fantasías se hagan con las riendas.

Por tanto, «había que encontrar un nombre para nuevo secretaria general, y pronto. La mejor manera de superar el actual desbarajuste es sacar un candidato creíble, serio, coherente y bien visto por nuestras bases y por la cúpula madrileña». Tras darle vueltas al asunto, lo más inteligente del pablismo balear ha encontrado el nombre: la diputada menorquina Mae de la Concha. Lo tiene todo a su favor: está haciendo un buen trabajo como diputada en el Congreso; es conocida y apreciada por Pablo; durante la pelea Iglesias-Errejón tomó una postura equidistante y abogó por la unidad, y encaja como anillo al dedo al lema inventado por Camargo: Unidad tiene nombre de mujer. «Mae es la solución. Ha sabido dirigir en Menorca y sin duda hará lo mismo a nivel del Archipiélago». Intentarán convencerla. Pablo Iglesias dará saltos de alegría si lo logran.

Siempre quedan balas en la recámara, como puede ser Jesús Jurado, vicepresident del Consell de Mallorca y muy hábil a la hora de articular conciliaciones. También, aunque esté más próxima al grupo camarguista, no se descarta a la senadora Margalida Quetglas. Pero siempre como recambio, como posibilidad alternativa. Convencer a Mae es el objetivo primordial. Y si luego Camargo quiere presentarse con el apoyo de sus anticapitalistas, que lo haga. Se quedará en minoría y, tal vez, al borde del ridículo. Al final, decidirán unas bases que están hartas de espectáculos, de tracas y de fuegos artificiales. «Hace falta una persona de seriedad contrastada, y la menorquina es la mejor».

Atención a los movimientos de los próximos días, porque irán en esta dirección. A partir de octubre, ya superado el paso del ecuador de la legislatura autonómica, habrá nueva líder, más impulso y, sobre todo, «más seriedad». A Jarabo le ha apuñalado alguien de su círculo íntimo. A partir de ahora se va a buscar reforzar el liderazgo desde una perspectiva de mayor solidez y base ideológica.