Cuando el incívico orina frente a una pared convencional, ésta queda impregnada y sucia, pero la persona no se ve afectada. En una pared con repelente el producto consigue que la orina rebote en la fachada y que la persona se moje el pantalón y los zapatos. | Redacción Local

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Emaya estudia la implantación de un repelente de orina con el que combatir el incivismo en la ciudad. Uno de los últimos ayuntamientos en repartir este producto hidrófugo por las calles del centro de su ciudad ha sido el de Maó y desde Emaya se reconoció este miércoles que se está en contacto con los responsables de este ayuntamiento menorquín «para estudiar la eficiencia del producto y los resultados que puedan tener».

Este producto transparente e inocuo persigue una doble función. Por un lado busca disuadir al incívico, ya que consigue que la orina rebote en la fachada y que la persona que orine se moje el pantalón y los zapatos. Por otro lado, facilita la limpieza de las paredes puesto que el líquido crea una película que las protege ya que impide que la orina penetre en la superficie, la ensucie y la oscurezca, con lo que conservará un aspecto más limpio durante más tiempo.

El efecto de este producto, elaborado por una empresa de Vitoria, tiene una duración de dos años. El líquido, además, tiene otras propiedades, ya que debilita las adhesiones de chicles o pósters en las fachadas, inhibe el crecimiento de moho y algas y evita la formación de manchas oscuras.