El director general de Pressuposts, Joan Carrió, con la consellera Catalina Cladera. | Jaume Morey

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El Govern mantendrá en los Presupuestos del año que viene la subida de impuestos aprobada nada más llegar al poder, a pesar de que este año acabará con cifras de récord en la recaudación de los impuestos que gestiona directamente la Comunitat. La conseller d'Hisenda, Catalina Cladera, presentó este miércoles los datos de ejecución presupuestaria del primer semestre del año, que ponen en evidencia el buen momento que vive la economía de Balears. El Govern ha subido la previsión de crecimiento para este año al 4,1 por ciento.

La recaudación tributaria se ha disparado en estos primeros seis meses del año y se nota de manera singular en el impuesto sobre transmisiones patrimoniales, que es el que se paga en la compraventa de inmuebles. El Ejecutivo ha recaudado 276 millones de euros hasta junio y calcula que acabará 2017 con una recaudación de 633 millones, un 29,9 por ciento más de lo que puso en los Presupuestos.

Los demás impuestos

El comportamiento del resto de impuestos es muy bueno, con una previsión de aumento general en todos ellos, a excepción del de hidrocarburos. El Govern prevé cerrar este ejercicio con unos ingresos propios de 1.092 millones de euros frente a los 957 que calculó en los Presupuestos.

Este buen comportamiento fiscal le permitirá cumplir holgadamente el déficit previsto para este año, del 0,6 por ciento, pero en los cálculos del Govern no entra ni rebajar la subida fiscal aprobada a principios de legislatura ni destinar parte de estos ingresos suplementarios a saldar deuda con los bancos o con Cristóbal Montoro.
«La ejecución de los ingresos tributarios es favorable y eso nos permite cumplir los compromisos de mejora del estado del bienestar y recuperar derechos que eliminó el Govern del PP», afirmó la consellera d'Hisenda.

No habrá una bajada de impuestos porque, según Cladera, el Govern cree en una política fiscal «redistributiva», que fue la que motivó la reforma fiscal aprobada hace unos años, con una subida de impuestos a las rentas más altas.
La deuda

Cladera insistió en que no se amortizará más deuda de la prevista hasta que no se genere superávit ya que, mientras tanto, todos los ingresos que se generen se irán a compensar recortes. «No nos podemos plantear una rebaja en los servicios públicos a costa de pagar una deuda provocada por un mal sistema de financiación», explicó la titular d'Hisenda. Cladera aprovechó para reclamar una vez más la reforma del sistema y adelantó que el Govern teme que no se escuchen sus peticiones.