Leonardo y Eduardo piden ayuda para poder recuperar su pensión. | Pere Bota

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¿Se imaginan tomar 21 medicamentos diferentes varias veces cada día? Esa es la vida de Leonardo Cortés, un mallorquín de 55 años que padece diferentes trastornos y enfermedades degenerativas que le incapacitan para trabajar. Vive la calle Eucaliptus junto a su hijo Eduardo, de 32 años, que padece esclerosis múltiple primaria progresiva, una de las que más rápido avanza.


Leonardo y su hijo llevan angustiados desde el día 29 de junio, cuando les llegó una carta del Ministerio de Trabajo donde se les informaba de que les retiraban la pensión de Leonardo, de 630 euros.


«Nosotros vivíamos con mi prestación y la de mi hijo, que no llega a 400 euros. Ahora nos han quitado mi pensión porque dicen que he mejorado, pero en todos los informes médicos pone que cada vez estoy peor».


Leonardo aseguró que está muy «asustado» porque «si antes íbamos justos de dinero, ahora no sé como vamos a vivir. Soy diabético, ¿cómo quieren que compre la insulina? ¿Cómo quieren que compre comida?», se lamentaba.
Hasta el momento, Leonardo y Eduardo sobreviven con poco en un piso adaptado del Ibavi, ya que los dos van en silla de ruedas.

Para pasar algún mes y hacer frente a los gastos imprevistos, han tenido que vender todas sus pertenencias: «Hemos vendido todo el oro que teníamos, la televisión y los vinilos que coleccionaba desde que era joven. Todos lo que yo más quería, se ha vendido, ahora ya no nos queda nada».

Reclamo
Padre e hijo acudirán el día 27 al pleno del Ajuntament para reclamar que se les devuelva la pensión. Leonardo cuenta que «no pedimos más que nos devuelvan los 630 euros de mi pensión y que nos dejen vivir tranquilos. No nos damos cuenta, pero hace unos meses estábamos en los mejores momentos de nuestra vida, a pesar de estar muy enfermos».

El mayor miedo de Leonardo es que lo separen de su hijo. Emocionado, aseguró que «sé que vamos a empeorar. Ya estamos empeorando.

Si esto sigue así, llegará un momento en el que no podamos pagar el piso, vayamos a la calle y nos separen. Ese día ya no querré vivir».

El hombre ha presentado los papeles para que les reconozcan la dependencia, y a pesar de su escasa movilidad y su dificultad para acudir a los centros médicos, está yendo de puerta en puerta para pedir informes médicos que avalen su grave estado de salud.

A pesar de todas sus enfermedades, Leonardo es un hombre tenaz que no se rinde y sigue luchando para que le devuelvan la pensión.
«¿Qué voy a hacer?», nos cuenta. «Tenemos que sobrevivir, tengo que luchar por mi hijo, es todo lo que tengo».

Desesperados. Leonardo y su hijo están asustados porque aseguran que «tarde o temprano nos separarán».