En este sentido, cabe recordar que los dos profesores de la UIB que estaban investigados, Xavier Busquets y Pablo Vicente Escribà, se encuentran todavía suspendidos de docencia. Ambos han recurrido esta suspensión por lo que la UIB ha apuntado que el auto de archivo deberá ser tenido en cuenta a la hora de resolver el expediente.
El vicerector de Relaciones Institucionales de la UIB, JordiLlabrés, ha manifestado su «satisfacción» por el hecho de que el juez no haya encontrado indicios de estafa.
«Lo único que podemos hacer es recoger más información y hacer lo que siempre hacemos desde la universidad, que es actuar con prudencia y cautela antes de tomar otras medidas», ha recalcado.
Asimismo, Llabrés ha destacado las declaraciones del rector, Llorenç Huguet, esta mañana durante el acto de apertura del curso, en cuanto a la voluntad de la UIB de definir «mecanismos» para la integridad y de la universidad. En esta línea, Llabrés ha afirmado que «lo que ya no tiene vuelta atrás son las medidas que quiere tomar la UIB para avanzar hacia la integridad académica, las buenas prácticas y el código ético».
El archivo todavía no es firme y la universidad está personada en la causa. Aunque se ha archivado la investigación por la presunta estafa, el juez ha enviado las actuaciones a la Agencia Española deMedicamentos y Productos Sanitarios --organismo dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo-- por si se ha podido cometer infracción administrativa en la venta del producto. Desde la universidad consideran que «es pronto» para hacer un pronunciamiento al respecto.
6 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Yo a la UIB no voy!!!!!!!!!!
El rectorado de la UIB está metido en la mierda. La evidencia - no lo que ellos nos han contado - demuestra que lo del escándalo de la venta del pseudofármaco pasó porque ellos quisieron y Pablo Escribá ya les advirtió de que si hacían algo contra él caerían juntos. Propongo que algún organismo de defensa del ciudadano tome cartas en el asunto para sacar a todos estos pseudo-científico-burócratas fuera ya. Tenemos todo el derecho y es necesario. Ellos mismos nunca dimitirán
Hasta ahora cada vez que el rectorado abre la boca o mueve un dedo mete la pata. Banda de ineptos. Y nosotros cangando con los costes económicos y demás
Qué duda cabe que daños, económicos o no, ha habido. Todo ello bajo el auspicio y beneplácito continuado de la UIB ¿Se merecen nuestro respeto y subsidio de sus puestos?
La decisión del juez ha sido estrictamente por el caso que se analizaba: tratarse o no de un delito económico. No ha visto evidencia de estafa monetaria en la venta. Todo bién hasta ahí pero, aunque no fuera competencia del juez: ¿Y lo de proporcionar - previo pago o no - fármacos experimentales desde una universidad? ¿Y lo de que la universidad se despreocupara de realmente investigar lo que supuestamente, repetidamente durante muchos años, estaba pasando?
Ya es hora de que los responsables de departamentos y rectorado de la UIB se ponga las pilas; que no se quede en sólo palabras. No nos engañemos, no hubiera habido Caso Minerval si no hubiera sido por la pésima, repetida, gestión de múltiples rumores y evidencias a los que se despreció. Fraude económico o no es más que evidente que no se pude proporcionar un fármaco experimental a enfermos, y menos desde una universidad. Veremos cómo se reconduce la UIB para solventar este y otros inadmisibles desmadres