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El 36,8 por ciento de los habitantes de Baleares utiliza el catalán como lengua habitual, mientras que el 49,9 por ciento emplea el castellano y el 10,3 utiliza ambas por igual, según la encuesta de usos lingüísticos 2014 elaborada por el Govern balear, la Generalitat y la Universitat de les Illes Balears (UIB)

El estudio también revela que cinco de cada diez encuestados tienen el castellano como lengua materna, mientras que cuatro de cada diez tienen el catalán.

En cuanto a la 'lengua de identificación', a la pregunta por cuál es su lengua el 47 por ciento de los encuestados considera que su lengua es el castellano, un 40,5% contesta que el catalán, el 7,9 considera como lengua propia otras lenguas o combinaciones y el 4,6 por ciento se identifica con el catalán y el castellano por igual.

En cuanto a los grupos de usos y origen lingüístico, los datos permiten observar que el principal colectivo de Baleares, que llega al 41 por ciento del total, está formado por castellanoparlantes que usan siempre o predominantemente esta lengua; en segundo lugar figuran los catalano parlantes que hablan solamente o sobre todo esta lengua, el 29% de los residentes; y por debajo de estos dos grupos, los 'alternadores', el 16,6 por ciento del total.

Por islas, los resultados varían. Así, por ejemplo, en Ibiza y Formentera es donde hay más personas que sitúan el castellano como su lengua inicial, de identificación o habitual, mientras que en Menorca es donde más encuestados escogen el catalán. También se aprecian diferencias entre Palma y el resto de Mallorca.

Estos datos han sido presentados este martes por la directora general de Política Lingüística del Govern, Marta Fuxà; la directora general de Política Lingüística de la Generalitat, Ester Franquesa; el rector de la UIB, Llorenç Huguet; y la coordinadora de la publicación, Maria del Mar Vanrell.

Para analizar estos resultados, Fuxà ha señalado que hay que tener en cuenta el incremento de la población, los flujos migratorios y las políticas lingüísticas desarrolladas por cada Govern.

En este sentido, considera que en catalán «mantiene el poder de atracción para captar nuevos hablantes» y que el incremento de población llegado de otros territorios «hace que la percepción del uso social del catalán sea inferior a otros momentos históricos».

Para Fuxà, los datos demuestran un «alto grado de conocimiento de la lengua catalana por parte de la población», algo que ha atribuido en una importante medida a la escolarización.

La directora general también ha destacado que más del 80 por ciento «reconoce la unidad del catalán» si bien la mayoría de los encuestados recurre a las denominaciones de las variedades insulares.

Por otro lado, la coordinadora del estudio ha apuntado que el turismo «afecta al equilibrio lingüístico» porque «facilita el establecimiento de población foránea» si bien se ha mostrado optimista porque «el conocimiento del catalán se ha incrementado desde 2004».

En el núcleo familiar, la transmisión intergeneracional «continúa sólida» y la mayoría de quienes utilizaban el catalán con sus progenitores hace lo mismo con sus hijos.

Fuera del entorno familiar, no hay ningún uso en el que el catalán sea la lengua más utilizada por el conjunto de los encuestados. El nivel de uso más elevado se encuentra en la administración local, con un 40,6 por ciento.

A la hora de iniciar conversaciones, casi la mitad que sabe hablar catalán lo utiliza cuando se dirige a un desconocido y cerca de un tercio dice que no lo hace nunca. Cambian al catalán una parte considerable si tras el primer contacto les contestan en catalán -en caso de los jóvenes supera el 70 por ciento-.

En cuanto a lenguas extranjeras, la más conocida es la inglesa (un 62 por ciento), seguida del francés (28,7 por ciento) y alemán (17,3 por ciento).

El estudio se ha realizado con 1.800 encuestas telefónicas a población a partir de los 15 años entre los últimos meses de 2014 y el primer mes de 2015. Es la segunda edición de la encuesta que, por primera vez, se realizó entre los años 2003 y 2004.

El objetivo principal, tal como han explicado las directoras generales, es obtener datos para conocer a la población para diseñar una política lingüística «fundamentada en la realidad». El rector de la UIB, Llorenç Huguet, ha destacado la importancia de «poder medir y comparar» y contar con «elementos de mejora» para a su vez «corregir elementos de retroceso».

Efectos del conflicto independentista sobre la lengua

Por su parte, Franquesa ha declarado que Cataluña «articula una política lingüística explícita y positiva» que espera «mantener» sin que «haya ningún elemento que tumbe esta voluntad» de «ganar cada vez una presencia más grande en la esfera pública».

Preguntada por los posibles efectos del conflicto independentista y la aplicación del artículo 155 en Cataluña, Franquesa ha apuntado que «los momentos convulsos nunca son buenos» pero son «transitorios».

Ha dicho que desde la Generalitat viven estos momentos como «un momento difícil» pero también «ilusionante y con esperanza» y ha confiado en que «después de este momento transitorio todo vaya poniéndose en su situación».

También ha defendido que no han tenido «nunca ningún conflicto» por la lengua sino en todo caso «anécdotas» y «voluntades instadas de fuera». «La conflictividad lingüística no ha estado y en el futuro no estará tampoco, porque nuestra sociedad es muy sólida en su cohesión», ha apuntado.

Finalmente, Franquesa ha deseado que la «aspiración» de la Generalitat «acabe de empujar a algunas personas a decidirse a tomar la lengua catalana».