Can Joan de s'Aigo. | M. À. Cañellas

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Can Joan de s’Aigo es un de los establecimientos más antiguos de Mallorca. Fue fundado en 1700 por el valldemossí Joan Thomàs, conocido como Joan de s’Aigo porque vendía hielo prensado traído directamente de las casas de nieve de las montañas más altas de la Isla. El éxito de Joan Thomàs lo impulsó a vender también leche de almendras y diversos tipos de helados. Sus viajes por Europa le permitieron traer recetas, probablemente las de los helados de Italia. El gerente actual del establecimiento, Pedro Juan Massanet, cuenta que se dice que los médicos recetaban sus helados de almendras.

El negocio fue adquirido por Antoni Martorell Guasp a principios del siglo XX; su hijo Joan Martorell Pol heredó el negocio. Massanet explica que el local original estaba en la calle Carnisseria, pero en 1976 fue trasladado a su ubicación actual, en la calle Sanç por riesgo de derrumbe. El gerente explica que este momento fue clave para la supervivencia de Can Joan de s’Aigo y destaca que el propietario lo mantuvo abierto para que los empleados no perdiesen su puesto de trabajo. «En 15 días montó este, que antes era una joyería», señala. Se conservan bastantes objetos antiguos como las bombas de helados, que tienen más de 100 años, etc.

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A lo largo de los siglos, Can Joan de s’Aigo se ha convertido en uno de los establecimientos con más solera de la Isla. Entre sus clientes hay personas tan ilustres como la Familia Real española. El gerente destaca que cuando finalizan sus vacaciones en Mallorca se llevan 40 litros de helado de almendra y fresa; en Navidades compran 30-40 ensaimadas. Actores y políticos son otras personalidades que visitan la chocolatería.

Can Joan de s’Aigo también ha padecido la crisis económica. «La crisis se ha notado, pero la hemos superado manteniendo las recetas tradicionales. Nunca se ha planteado cerrar ni bajar la calidad», explica el gerente. En este punto, subraya que tienen un recetario de 1700, del que no han variado prácticamente nada. «En Can Joan de s’Aigo se tiene que encargar con dos días de antelación, no tenemos productos congelados», señala. También han tenido ofertas para venderlo, pero la familia no se lo plantea. «El secreto del éxito de Can Joan de s’Aigo está en el amor que pone la familia», asegura el gerente.

El éxito de Can Joan de s’Aigo ha llevado a sus propietarios a abrir un nuevo local en el antiguo Triquet; guardan con mucho celo los detalles del nuevo establecimiento.