Fundada en 1939 por Miguel Arnaiz y Magdalena Tugores, lleva casi 80 años abierta ofreciendo todo tipo de animales y sus accesorios y alimentos. | Pere Bota

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El final de la Guerra Civil trajo consigo la apertura de uno de los comercios con más solera de Palma: la Pajarería Arnaiz. Fundada en 1939 por Miguel Arnáiz y Magdalena Tugores, lleva casi 80 años abierta ofreciendo todo tipo de animales y sus accesorios y alimentos.

Actualmente, la tienda es regentada por los nietos de los fundadores, los hermanos Magdalena y Antonio Arnaiz, así como por Margarita Arnáiz, hija de Miguel Arnáiz, el tercer hermano fallecido en 2007. Magdalena explica que «mis abuelos fueron los fundadores. Anteriormente regentaban un bar en un teatro pero se les acabó la concesión por lo que tenían que buscarse la vida». La dueña añade que «a pesar de que mi abuelo era zapatero, se le daban muy bien los animales y era su afición, por lo que montaron la tienda». En la primera época el establecimiento vendía «hasta pequeños monos, que venían de Guinea Española y se vendían un montón».

Cuando el negocio pasó a su padre, Cipriano Arnaiz, la tienda ya estaba consolidada pero Magdalena cuenta que «fue mi padre quien la levantó, ahí empezaron los buenos tiempos». Uno de los momentos cumbre para esta pajarería fue cuando Cipriano Arnáiz montó un aquarium, el primero que se podía visitar de manera gratuita en Palma, en un área del Club Náutico. Por este acto y por el renombre de la tienda, el padre de los actuales dueños recibió el premio de la Cámara de Comercio en el año 1993.

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Este pequeño establecimiento de Palma exportaba e importaba animales desde todas las partes del mundo, y los distribuía a sus clientes. Magdalena Arnáiz explica que «teníamos una nave de miles de metros cuadrados, donde colocábamos a todos los animales». El negocio era uno de los que vendían pájaros a los puestos situados en La Rambla de Barcelona, que actualmente son de flores. La dueña recuerda emocionada que «siempre que mi abuelo me llevaba a Barcelona, íbamos a ver a sus clientes de La Rambla. Son bonitos recuerdos, incluso hoy en día no hay vez que no haya ido a la Ciudad Condal y no me haya paseado por allí». Actualmente siguen en el negocio de la exportación.

Sus clientes no tienen un perfil definido. Magdalena Arnáiz explica que «atendemos a gente de todos los niveles, tanto social, como cultural o económico». Explica, además, que lo que más se vende son accesorios como champús o arneses para mascotas, además de comida.

Como todos los pequeños negocios, Pajarería Arnaiz también tiene que competir con las grandes superficies. Por eso, la tienda tiene productos muy especializados como «tubos para inseminación artificial de pájaros, pañales para aves o arneses para loros».

El secreto de la tienda, según los propietarios, es «intentar ofrecer el mejor servicio y no engañar a nadie», aunque el futuro lo ven negro porque «a los niños ya no les hace ilusión un animal, prefieren una máquina».