El Papa Francisco dio a conocer el nombre del jesuita de Manacor al anunciar un consistorio para la creación de catorce nuevos purpurados, once de ellos con derecho a voto porque tienen menos de ochenta años. Ordenado arzobispo en la basílica romana de San Juan de Letrán en 2008, Luis F. Ladaria descubrió su vocación durante los estudios que cursó en el colegio de Montesión de Palma, con el que mantiene una estrecha vinculación.
Al contar 74 años, podrá participar como elector y también ser elegible en el próximo cónclave secreto que, tras el «extra omnes», designará en la Capilla Sixtina al sucesor del pontífice argentino, jesuita como Ladaria. El consistorio de creación de los nuevos cardenales se celebrará en Roma el 29 de junio. En el transcurso de la ceremonia el Papa entregará los solideos escarlatas a los nuevos cardenales.
Ladaria desempeña hoy en el Vaticano funciones y responsabilidades de mayor peso que el cardenal Despuig porque la situación de la Iglesia ha cambiado profundamente del siglo XVIII a la actualidad. En la Curia romana de finales del 1700, Antonio Despuig ejerció como auditor del Tribunal de la Rota, fue secretario del cónclave y en 1803 creado cardenal por Pío VII.
En cambio, Bergoglio ha confiado la dirección de la línea teológica y doctrinal de su papado a Luis Ladaria, tras nombrarlo, en julio pasado, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el dicasterio más relevante y trascendental. Su función, según la Constitución Apostólica sobre la Curia Romana «Pastor bonus», promulgada por Juan Pablo II en 1988, consiste en «custodiar la correcta doctrina católica en la Iglesia».
Además de prefecto de esta congregación, Ladaria Ferrer preside la Comisión Pontificia «Eclesia Dei», la Comisión Pontificia Bíblica y la Comisión Teológica Internacional. Con una sólida preparación teológica y gran capacidad de trabajo, es doctor en Derecho por la Universidad de Madrid y en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde ejerció como profesor de Teología Dogmática y vicerrector de 1986 a 1994.
Ingresó en la Compañía de Jesús con 22 años, siendo ordenado sacerdote en 1973. Tras completar sus estudios de Filosofía en Comillas y los de Teología en la Universidad de Sankt Georgen, en Frankfurt, se doctoró en la Gregoriana de Roma. En la Santa Sede ha confirmado su prestigio como miembro de la Comisión Teológica Internacional, desde 1992, nombrado por Juan Pablo II, y como consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en 1995, por designación de este mismo Papa.
6 comentarios
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... me preocupa que tenga unas creencias religiosas tan acentuadas, ese fanatismo religioso no debe ser bueno...
Hace honor a su pseudónimo. Venga hombre, anímese. El catalán no es una influencia malsana, todo es según se use. En lo de las iglesias, tiene razón, se vacían. Pero esto no implica menos gente creyente en Dios. Deseémosle un buen trabajo.
Bien, ahora se acabará la pobreza y los desahucios en Mallorca...
Aquest arribarà Papa.
Enhorabuena, espero que con su inteligencia, con su sabiduría aproveche sus visitas a la isla para reconducir al Obispo y parte de su clero en el camino de la auténtica iglesia, universal, y fuera de influencias malsanas como las catalanistas. Las iglesias se vacían, ya no va a penas casi nadie, parece que ni ellos creen en Dios, al seguir movimientos necios y no predicar con el ejemplo. La iglesia aquí muere, y será reemplazada con el tiempo con los que justifican la guerra santa. El tiempo nos lo confirmará, pero el camino apunta a esta barbaridad.
Enhorabuena , que honre a Mallorca , y que su memoria perdure como ha perdurado el Cardenal Despuig