Políticos, diplomáticos y autoridades religiosas durante el Iftar de Ramadán. | Jaume Morey

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Más de cien personas se reunieron este miércoles en Can Balaguer para celebrar el Iftar –o ruptura del ayuno– de Ramadán. El acto fue organizado por las asociaciones de residentes marroquíes en Palma con la colaboración del Consulado General de Marruecos.

Según fuentes consulares, «la celebración del Iftar se podía haber hecho solo para marroquíes, pero la cónsul quería compartirlo con las autoridades de Palma e invitar a representantes judíos y cristianos para unir en este acto a las tres religiones».

Pasadas las ocho de la tarde la cónsul general, Nezha Attahar, comenzó a recibir a los asistentes al evento. Entre los invitados había autoridades civiles y militares, miembros del cuerpo consular y representantes de la comunidad marroquí. Tambien estaban presentes el presidente de la comunidad judía, Abraham Bachilón, y el párroco castrense, Manuel Redondo.

Justo a la hora a la que anochecía, a las 21,16 horas, dio comienzo el último rezo del día, que se hizo mirando a La Meca y que dio paso al Iftar o ruptura del ayuno. Tras escuchar el rezo, los allí presentes empezaron a comer. La comida que ofrecieron el Consulado y las asociaciones organizadoras se compuso de dátiles, harira –sopa de harina típica de Ramadán–, ‘couscous' de cordero, leche, té y dulces típicos.

Al inicio del acto, las autoridades hicieron hincapié en la importancia de las buenas relaciones con la comunidad marroquí. Fue el caso del alcalde de Palma, Antoni Noguera, quien explicó que uno de los objetivos de su mandato era que «independientemente de donde hayan nacido, los residentes se sientan ciudadanos de Palma». La consellera de Hisenda, Catalina Cladera, explicó que «es importante que las culturas se conozcan».

Nezha Attahar saludó a los asistentes en catalán y dedicó «este Iftar a las Islas, por su acogida hacia la comunidad marroquí».