Iñaki Urdangarin a su salida de la Audiencia de Palma. | Efe

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¿Queda algún ingenuo en España que aún cree en las casualidades después de lo vivido este miércoles, 13 de junio? El foco mediático de este día tenía un protagonista fundamental, único, enorme. Nada menos que Iñaki Urdangarin Liabert presentándose en Palma para recoger en Can Berga la orden de inminente ingreso en prisión por el escándalo Nóos. El miércoles 13 se anunciaba como jornada de Vía Crucis para el prestigio y ejemplaridad de la Zarzuela, la Corona y la institución Monárquica. El miércoles 13 debía ser jornada de reflexión en todo el territorio nacional sobre el papel ejemplarizante y ejemplarizador de la Casa de Borbón.

Pero tal cuestión aparentemente inevitable, en la práctica sólo lo ha sido 'parcialmente',y en algunas horas de la jornada prácticamente en cuentagotas. Porque han sido de tal calibre la retahila de tracas mediáticas que han estallado en una horquilla de pocas horas que en algunos momentos Urdangarin y sus avatares han pasado un tercer termino de la actualidad. Un día antes parecería increíble, pero ha sido realidad. A saber: Por estas casualidades que tiene la vida, el Día-Urdangarin se ha hecho público que el ministro friki de Cultura, Màxim Huerta, estuvo juguetón con Hacienda hace unos años, por lo que se ha visto forzado a dimitir este miércoles-13 por la tarde, después de haberle robado protagonismo a Urdangarin durante buena parte de la jornada. No ha faltado exhibición de twetters escritos por Huerta hace años que han determinado el final de Màxim el Breve.

En paralelo, y más o menos a la hora de comer, el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, no tuvo otra idea que fulminar al seleccionar Lopetegui a dos días del Mundial porque será el entrenador del Real Madrid tras el evento mundialista. ¡Lo nunca visto! La inmensa y ancha España futbolera se quedó de piedra. De pronto, Urdangarin desapareció de las pantallas y de las emisoras, se esfumó de la realidad. Nadie habló de crisis en la institución monárquica ni nada por el estilo. El ciclón mediático se había alborotado hasta límites desconocidos, hasta dimensiones mediáticas nunca exploradas por su intensidad y capacidad de sorpresa.

Mientras, había registro policial en el Ajuntament de Girona y en empresas públicas ligadas a esta institución. El objetivo de los 'escorcolls' es 'pillar' a Puigdemont en algún marrón de cuando era alcalde de la localidad. Naturalmente, durante el miércoles-13 la TV3 estuvo muy ocupada con Girona y también dejó relativamente tranquilo a Urdangarin y a los debates sobre el futuro de la institución monárquica.

Hace mucho tiempo que no se vivía el estallido de tanta traca de manera tan sorpresiva, sin el menor aviso y al mismo tiempo coincidiendo con el viaje 'empapelador' de Urdangarin a Palma. Y cabría reflexionar sobre una lección que se da en Langley (Virginia) a los alumnos aspirantes a formar parte de la CIA: 'Cuando acontece un hecho inesperado, puede ser casualidad. Cuando acontecen dos hechos inesperados, tal vez sea coincidencia. Cuando pasan a la vez tres hechos no previstos es, muy probablemente, una acción premeditada.