El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, durante su intervención en una sesión de control al Gobierno del Congreso de los Diputados. | Efe

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En Mallorca hay revuelo después de la petición de EU y Més reclamando un referéndum monarquía o república. Tal exigencia coincidió (no era casualidad) con la audiencia de Felipe VI en la Almudaina. Organizaciones como Actúa o Sociedad Civil Balear se plantan este viernes ante la Almudaina en apoyo, solidaridad y afecto hacia Felipe VI y para hacer frente a la concentración de protesta soberanista por la situación en Catalunya que tendrá lugar en las proximidades de la Seu. El panorama está caliente. Por eso llamó la atención que Podemos no se sumase a la petición del referéndum cuando lo hicieron sus socios de EU. Se trataba de una petición «local y doméstica», de cara a la galería, reducida al ámbito balear, sin ninguna o casi ninguna repercusión a escala de toda España. Entonces...¿por qué se reprimieron los podemitas mallorquines y no se sumaron a la exigencia de este referéndum?

El comentario más extendido este jueves en la organización es que este 'chitón' fue una exigencia llegada de Madrid, de la cúpula de su partido. Se trataba de «no abrir el melón antes de tiempo». En Palma se asegura que Pablo Iglesias y su equipo están preparando una campaña para exigirle este referéndum al Gobierno Sánchez en toda España dentro de unos meses y después de un gran debate nacional. El PSOE se las promete ahora mismo muy felices. Ha experimentado un crecimiento espectacular en la encuesta del CIS, y ya es con mucha diferencia la primera fuerza política española mientras el PP se hunde y Ciudadanos baja...El problema es que también se hunde Podemos, que está pagando muy caro en los sondeos haber hecho presidente a Sánchez prácticamente sin contrapartidas, es decir, sin que el nuevo presidente socialista tenga que mojarse los pies ni hacer frente a ninguna factura...de momento.

Pero todo indica que el período de gracia se le está acabando a Pedro Sánchez. La ofensiva podemita podría centrarse muy pronto en el punto que más compromete al PSOE: el referéndum monarquía o república, paso previo a las elecciones generales que deberán ratificar en las urnas este proceso «histórico» con la reforma de la Constitución. Así está el patio en realidad, con lo cual el intento de 'referendumito' balear queda reducido prácticamente a la nada en comparación con el vendaval otoñal que se acerca inexorable.

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Pablo Iglesias, según podemitas mallorquines, quiere que este referéndum sea una consecuencia «de muchos meses de maduración y debate», es decir, «de articular primero qué tipo de república es la mejor para España: la federal o la de un modelo más centralizado». Todo indica que «será la federal porque es la mejor manera de integrar a los soberanistas catalanes y vascos en este proyecto común». Pero «lo más importante es que este debate se produzca con intensidad y con proyección internacional».

Conforme a la actual regulación constitucional, este referéndum no sería vinculante, «pero adquiriría un gran valor simbólico y certificaría la gran transformación política y social que reclama Podemos para España». Pero «lo más importante» es que «Sánchez tendrá que retratarse con esta consulta a la ciudadanía». Éste es el cohete que prepara Pablo Iglesias: recuperar para él y su partido el auténtico pelaje y pedigrí de la izquierda española y forzar al PSOE a que se defina ante una cuestión tan importante. Y luego, que sean las urnas quienes decidan cuál es la primera fuerza de la izquierda.

Atención al regreso de la vacaciones agosteñas, porque el bronceado político del referéndum llamado a afectar a la forma de la jefatura del Estado ya podría estar en marcha, por eso los podemitas mallorquines no han destapado de momento ninguna carta.

Aguardan al toque de corneta de sus jefes de Madrid. Buscan con la presentación de esta factura sorprender a un PSOE tan autosatisfecho como desprevenido Eso es lo que se comenta y se cuece dentro de Podemos mientras a Pedro Sánchez se le cae la baba por la última encuesta del CIS.