Columnista de Ultima Hora, el pasado viernes Octavio Aguilera nos envió su última colaboración, que aparecerá publicada el próximo viernes, día 10. | ARCHIVO

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Por definición, hay periodistas ‘de calle’, que buscan y escriben las noticias, y otros ‘de mesa’, que las supervisan y después las publican.

Los primeros tienen la posibilidad de lucirse; los segundos trabajan para que lo consigan. En este último lugar sacrificado conocí a Octavio Aguilera cuando ejercía de periodista, antes de dedicarse a la docencia. De hecho, todo lo que aprendió Octavio en las redacciones y en los libros lo enseñó después a futuras generaciones de periodistas, entre los que se encontraba Letizia Ortiz Rocasolano.

Octavio nació en Palma hace 81 años. Empezó a colaborar en Mallorca Deportiva y Diario de Mallorca. Se licenció en Filosofía y Letras. Era un gran lector y hombre de letras. En su juventud escribió, entre otros, La columna quebrada, Eleuterio empieza con ele, Entrevistas y oídas y Asuntos y barruntos, por los que recibió varios premios y menciones.

Entre 1980 y 1985 fue director de La Hoja del Lunes, El Lunes y Baleares, donde coincidí con él. Era un periodista serio –algo extraño hace 40 años–, consciente del valor de la palabra editada y muy responsable de todo lo que se publicaba. Aquellas virtudes las trasladaría poco después a sus alumnos con la misma convicción que lo hacía a sus redactores.

Tras doctorarse en Periodismo, Octavio fue profesor de periodistas en las universidades Complutense de Madrid y de la Pontificia de Salamanca. Octavio siempre fue una persona extremadamente cumplidora.

Columnista de Ultima Hora, el pasado viernes nos envió su última colaboración, que aparecerá publicada el próximo viernes, día 10. Estaba casado con Mari Carmen Mestre, hija del conocido psiquiatra Bartolomé Mestre.