Josep de Luis (en primer término, en el centro) junto a destacados miembros de la Obra Cultural. | Joan Torres

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La guerra interna ha estallado en el seno de la dirección de la Obra Cultural Balear. Un grupo de directivos está disconforme con la gestión del presidente Josep de Luis y de su tesorero, Jaume Fiol, situación que ha producido diversos movimientos en los últimos días.
Hace medio año, el abogado De Luis fue elegido presidente de la entidad en sustitución de Jaume Mateu. Decidió darle un nuevo estilo de gestión y de funcionamiento a la histórica OCB. Nombró a Fiol, procedente de la empresa privada, nuevo tesorero y comenzaron a aplicarse criterios modernos de funcionamiento.

No se renovaron los contratos a tres empleados «para conseguir una optimización del funcionamiento», afirman fuentes próximas al presidente. A ello hay que añadir que esta situación financiera de la OCB no es boyante y cuenta en la actualidad con muy pocos recursos.

En paralelo, un segmento de directivos y activistas de la Obra comenzó a organizarse en corriente interna y a través de un grupo en la red.

Fuentes de este grupo critican el «excesivo personalismo en la gestión del actual presidente. Creemos que la OCB necesita un cambio de rumbo». Otro miembro de esta corriente no esconde que «lo ideal sería que se convocasen nuevas elecciones». Pero esta posibilidad no se contempla por parte de los sectores de apoyo a Josep de Luis, ya que «las anteriores se celebraron hace poco tiempo».

Otro de los aspectos de la fricción es la pugna que se produjo desde prácticamente la entrada en funcionamiento de la nueva dirección sobre quién y cómo debía ejercerse el cargo de coordinador de la entidad. Este puesto lo desempeña en la actualidad Tomeu Martí con el apoyo de Josep de Luis. Uno de los componentes de la corriente crítica que no forma parte de la directiva aspiraría a este puesto.

Según fuentes próximas a la dirección de la OCB, las dos directivas más críticas con la gestión de De Luis serían la vicepresidenta, Cati Eva Canyelles, y la secretaria, Pepi González, que desearían un funcionamiento de la organización «más abierto». Las fricciones se remontarían a varios meses atrás.

Con el paso del tiempo, las tensiones se han hecho cada vez mayores. Todo indica que la ofensiva contra De Luis puede ir en aumento.

La OCB ha desarrollado estos meses diferentes acciones en apoyo de los presos catalanes, incluido el ‘sopar groc' que tuvo lugar en Campanet, con gran éxito de participación.