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La Asociación de Viviendas Turísticas de Baleares (Habtur) ha acusado al Govern de estar «otorgando progresivamente el control del turismo al sector hotelero», mediante medidas de «reducción y control» del resto del sector turístico.

La gerente de Habtur, María Gibert, considera que con la voluntad del Govern de eliminar plazas turísticas, la mayoría de alquiler, «existe un agravio comparativo enorme e inexplicable entre las viviendas turísticas y los hoteles», ha informado la patronal del alquiler en un comunicado.

Según la entidad, de las 100.000 plazas que quiere eliminar la Conselleria de Turismo «el 90 % procede del alquiler turístico».

Gibert ha afirmado que la implantación de este sistema de reducción de plazas «sólo beneficia al sector hotelero puesto que mientras el número de plazas de alquileres turísticos bajará en 90.000 plazas, en el sector hotelero sólo se perderán 15.000».
Según Habtur, un 30 % de plazas son ETH y un 70 % de hoteles. Después de fijar un techo de 430.000 plazas (115.000 ETH y 315.000 Hoteles) «ahora la consejería quiere reducir en 90.000 plazas el alquiler turístico, hecho que dejaría este mercado en un 10% viviendas turísticas y un 90 % hoteles» afirma Habtur.

Critican que el Govern está «otorgando progresivamente el control del turismo al sector hotelero», con actuaciones de «reducción y control» del resto del sector turístico que «hacen del turismo en Mallorca un lugar en el cual los únicos que pueden existir son los hoteleros», explica Habtur.

«A nosotros se nos pide liquidar más del 80% de la oferta ya regulada, a los hoteleros ni se les pide que los menores de 12 años computen como plaza, ni se les regula de manera restrictiva el 'todo incluido' que sólo promueve el turismo de borrachera», afirman, algo que «no se entiende si lo que quiere la Conselleria de Turismo es mejorar la calidad de nuestras islas».

Las 90.000 plazas ya estaban reguladas antes de la entrada en vigor de la moratoria del alquiler turístico y son plazas que no han pasado por la bolsa de plazas porque, según Gibert, «no las quisieron integrar y por lo tanto, están destinadas a desaparecer».
Según Gibert, el abandono de la actividad por personas dedicadas al alquiler turístico es constante, de modo que «que estas plazas se pierdan impide que en el futuro nuevos propietarios se puedan beneficiar, impidiéndose así unos ingresos que entre otros pueden ser utilizados para rehabilitar el patrimonio».