Copia de la imagen de la cimera de Martí l'Humà que se exhibe en Cort, la original está en Madrid. | Redacción Local

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Cort ha hecho «diferentes ofertas» a Alfredo Pérez de Armiñán y de la Serna, presidente del consejo de administración de Patrimonio Nacional, para conseguir que vuelvan a Palma la cimera del rey Martí l’Humà, la espada atribuida a Jaume I y otras piezas de gran valor histórico artístico que fueron enviadas a Madrid en 1831 por capricho expreso del rey Fernando VII El Deseado en plena Década Ominosa de represión y de empuje del absolutismo. Estas piezas presidieron la Festa de l’Estendard de Palma durante siglos.

Entre las opciones presentadas por Cort se pide a Madrid que acepte, «como mal menor», trasladar las piezas al Real Sitio de La Almudaina, con lo cual seguirían siendo propiedad del Estado, pero estarían en Palma y podrían presidir otra vez el 31-D.

El concejal de Cultura, Llorenç Carrió, afirmó este viernes que «hemos hablado de manera franca con Armiñán. Le hemos pedido la devolución a Cort no sólo la cimera y la espada, sino también la silla de montar, la cota de malla y otras piezas que presidieron la Festa de l’Estendard».

La respuesta de Pérez de Arminán ha sido el «clásico regate» para impedir que las piezas vuelvan a titularidad municipal. Ha dicho a Cort que «la decisión final debe someterse al criterio del consejo de administración». Este formalismo contrasta con la rapidez con que Moncloa aceptó llevarse a la silla de Maceo, propiedad de Cort. Pedro Sánchez se presentó con la silla en La Habana sin reunir ningún consejo.