La imagen de La Dolorosa es la más esperada en la noche del Martes Santo. | Pilar Pellicer

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La procesión de la Verge Dolorosa recorrió este martes por la noche el centro de Palma en un clima de recogimiento y emoción, con una buena climatología que animó a muchas personas a acompañar al desfile. Por ser la única procesión del Martes Santo, es una de las más numerosas y reunió a cerca de mil cofrades de todas las hermandades de la ciudad, que repitieron el itinerario del año pasado.

La imagen de Jesús de la Humildad, portada por 45 costaleros, abrió la procesión a las 21.07 horas desde la iglesia de Sant Nicolau. La Dolorosa, que había sido sacada del templo al son del himno español, esperó a que todas las cofradías saliesen y cerró la procesión hasta su llegada a la iglesia de la Anunciació, que custodia el venerado Crist de la Sang, donde fue recibida ya cerca de las doce de la noche. La imagen de La Dolorosa permanecerá en La Sang hasta mañana, cuando se incorporará a la procesión del Jueves Santo. El viernes, tras participar en el Davallament, se devolverá a la familia Ferrer, propietaria y custodia de la imagen.

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Este año, la misa previa al desfile religioso fue concelebrada por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. El prelado bendijo a los nuevos cofrades de la hermandad. Posteriormente se entregaron reconocimientos a cuatro cofrades con una trayectoria singular: Matías Mut, que durante muchos años fue vicepresidente, fue nombrado miembro de la junta de honor de la cofradía; Andrés Blanes fue nombrado hermano mayor y, por su dedicación a la cofradía, se rindió homenaje a Catalina Serra y a Jordi Valentí.

Por último se entregó un detalle a las mujeres que cuidan de la imagen, que además este año estrenaba capa de raso, Francisca Oliver, Gidi Ferrer, Catalina Llinàs e Inés Garralón.