Àngels Puig se convirtió el pasado viernes en la primera mujer que participó en los bailes de los Cossiers de Manacor, además de la Dama. Esta noticia, que ha dado la vuelta a Mallorca, reabre el debate de la inclusión de féminas en los bailes populares.
Sin embargo, mientras en muchos pueblos todavía debate si es procedente o no que entren mujeres a bailar, en Son Sardina llevan casi cuatro décadas de ventaja: desde hace 38 años las mujeres son las únicas danzadoras Cossiers. O, en este caso, cossieres, como se autodenominan.
Para reivindicar su posición, las mujeres que practican el baile tradicional han querido homenajear su historia con un mural elaborado por Malafolla en el que se puede leer Cossieres, ballem! Además, leyeron un manifiesto en el que reconocían que «en las fiestas populares el papel protagonista siempre lo han tenido los hombres; los Cossiers de Mallorca son un ejemplo».
Paula Sevilla, mujer Cossier de Son Sardina, explica que «no entendemos como puede ser noticia que una mujer forme parte de los Cossiers cuando nosotras llevamos casi 40 años haciéndolo».
La danzadora argumenta que la participación de féminas es cuestionada porque «como los bailes populares son de hace siglos, que participen mujeres no es ‘auténtico'», pero también garantiza que entre los vecinos de Son Sardina «jamás hemos tenido ningún problema en el pueblo, por que los Cossiers seamos chicas». De hecho, el año pasado el diseñador Jaume Vich también quiso poner de manifiesto el papel de la mujer Cossier sardinera y elaboró un cartel reivindicativo.
El origen de las mujeres Cossiers de Son Sardina lo encontramos en una escuela de baile. El profesor del centro quiso montar un grupo que practicase esta danza, y como la clase estaba íntegramente formada por mujeres, fueron ellas las protagonistas de la danza.
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