Lola Vicente-Almazán es técnica agroecológica del Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional. | Pere Bota

TW
0

La publicación 100 iniciativas locales para una alimentación responsable y sostenible, elaborada por el Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (CERAI), la Fundación Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas del Mediterráneo y Mesa Cívica, destaca tres proyectos de Baleares como ejemplos de visibilización e impactos positivos en sistemas alimentarios territorializados.

Los proyectos de Baleares destacados son el Mercat Ecològic de Palma, el Mè Ecològic de Mallorca y la Xarxa de Finques Agronaturals de Menorca.

Lola Vicente-Almazán, técnica del Área de Dinamización Agroecológica del CERAI, explica que «en la publicación hemos recogido iniciativas que apuestan por la producción local y saludable. Son proyectos con un alto valor transformador y que generan impactos positivos en los ámbitos social, ambiental, cultural y político».

La idea y la metodología de la publicación proviene de la organización francesa Resolis, que lleva años trabajando en el concepto de sistemas alimentarios territorializados y ha desarrollado proyectos de identificación de iniciativas de alimentación local y sostenible en la propia Francia, Quebec y Costa Rica.

Lola Vicente-Almazán comenta sobre el Mercat Ecològic de Palma que «no hay muchos en España promovidos por el ayuntamiento y que funcionen dos veces por semana», mientras que sobre Mè Ecològic de Mallorca señala que «la cooperativa está compuesta por 48 productores que, frente a una crisis que pudo hacerles desaparecer, se unieron para profesionalizarse como sector y ofrecer un cordero de calidad a través de la venta directa».

La técnica del CERAI indica que «el sistema actual de agroalimentación es insostenible. Con nuestra publicación pretendemos mostrar iniciativas que están consiguiendo retener a los productores en el campo y dar dignidad a su trabajo. No podemos dejar nuestra alimentación en manos de las grandes empresas. La agricultura debe ser sostenible, con productos frescos, próximos y de temporada que, en contra de lo que se cree, muchas veces son más baratos y tienen un precio competitivo en la venta directa. Y el trabajo en red y de cooperación es fundamental».

Insularidad

Respecto a los sistemas agroalimentarios de Baleares, Lola Vicente-Almazán indica que «tienen los problemas y los inconvenientes de la insularidad y la conectividad, pero, en su caso, pueden aprovechar las oportunidades del turismo concienciado. Para ello son importantes la comunicación y el apoyo de la Administración. La verdad es que cada territorio tiene sus propios problemas, como ocurre con la despoblación de amplias zonas de la Península».