La directora insular de Igualdad del Consell de Mallorca, en una imagen de archivo antes del juicio. | M. À. Cañellas

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Parrón se excedió en sus críticas al líder de los padres separados, Jorge Skibinsky, pero no llegó a cometer contra él un delito de injurias. El juzgado de lo Penal 7 de Palma absuelve a la directora insular aunque deja abierta la puerta a que se llevada a un juzgado civil y que tenga que indemnizar en él a Skibnisky.

El presidente de la Asociación de Padres Separados acusaba a Parrón a raíz de que ésta presentara un escrito en la Fiscalía e hiciera unas manifestaciones críticas por una carta al director en el que Skibinsky negaba que un crimen hubiera sido violencia machista. La sentencia considera que las manifestaciones que hizo ese día la directora insular son unas injurias leves y, por lo tanto, no tienen gravedad suficiente para una condena penal: «Decir como dijo la señora Parrón que el señor Skibinski justificaba la agresión a una mujer quemada por su marido, que hacía apología del terrorismo e incitaba al odio, eran expresiones ofensivas o ultrajantes que excedían, de modo innecesario, la crítica».

El magistrado señala que la carta de Skibinsky «no puede calificarse de afortunada»: «Expresaba una opinión, que quien suscribe esta sentencia no comparte, ya que prefiera aludir a la violencia contra la mujer como violencia machista, en vez de como violencia de género». Sin embargo, el juez considera que la reacción fue desproporcionada: «Pudo haber criticado al señor Skibinsky y, desde su posición, hasta estaba obligada a hacerlo, pero respondiendo con alguna mesura».

La resolución tiene en cuenta que el presidente de la asociación no es un personaje público y que en los dos escritos que generaron la polémica efectuaba una condena explícita al hombre que prendió fuego a su mujer en Alcúdia. Considera que se trata de una opinión, «más o menos afortunada» pero amparada en la libertad de expresión.

El motivo por el que el magistrado Eduardo Calderón considera leves las posibles injurias se basa en que la intención de Parrón era «criticar el contenido de la carta suscrita por el señor Skibinsky y ello para salir al paso de posturas que no compartía y que piensa que entorpecen la solución de la lacra social de la violencia machista contra la que se debe luchar de forma inequívoca y decidida». Esa intención exluye la gravedad de las injurias y que estas puedan ser por lo tanto delito. La defensa de Skibinsky prepara una demanda ante los juzgados de Primera Instancia de Palma, toda vez que la sentencia hace expresa reserva de acciones civiles con base a la Ley de Protección Civil del derecho al honor. La sentencia, en todo caso no es firme y puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial.

Nina Parrón afirmó este jueves estar contenta por la absolución ante la inquietud generada por el procedimiento judicial: «Siempre he pensado que era muy loco todo». Destaca que la querella de Skibinsky sirvió para aunar a muchas mujeres que se sintieron «menospreciadas» por las manifestaciones del presidente de los padres separados: «Convertimos esto en un motivo de concienciación». Parrón llamó a numerosos grupos feministas para comunicarles la sentencia.