Dos familiares de víctimas del Franquismo han declarado este miércoles en los juzgados de Vía Alemania de Palma. | Jaume Morey

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Dos familiares de víctimas del Franquismo han declarado este miércoles en los juzgados de Vía Alemania de Palma. Se trata de Tolita Riera Alomar y Francisca Alomar, nieta e hija de Margalida Jaume, que desapareció en agosto de 1936 en Manacor junto a su marido Antoni Alomar.

«Sólo queremos que nos devuelvan los cuerpos de mi madre y de mi padre», han asegurado a las puertas del juzgado de instrucción número 11.

Francisca Alomar, de 91 años, cuenta que en 1936 su padre estaba preso en el cuartel de Manacor. Dos hombres acudieron y convencieron a su madre, embarazada de 7 meses, para que fuera a declarar a favor de su marido. Ella accedió. La familia nunca volvió a saber de ella.

Días más tarde, su padre quedó en libertad y se encontró que sus hijas, de 11 y 8 años, estaban solas en casa. Estuvo con ellas unos días. Una noche desapareció. No se supo nada más de él.

Un abuelo de las menores se hizo cargo de ellas. Un día acudió al cuartel y preguntó si la pareja necesitaba algo (pensando que estaban en prisión), a lo que el oficial le respondió: «No necesitan nada porque están muertos».

La familia se ha unido a una causa abierta por la jueza Maria Servini, que instruye la causa contra el Franquismo en Argentina.

Sólo tienen una reclamación: saber qué pasó con Margalida y su marido y dónde están los cuerpos.

La Asociación Memoria de Mallorca, Maria Antònia Oliver, ha señalado que, como todas las víctimas del franquismo, reivindican que, en un Estado de Derecho «debería ser una prioridad» que una víctima pueda «acudir a la Justicia y que investiguen y la amparen».
Oliver ha relatado que el matrimonio no participó en la Guerra Civil y que él era relojero. «Su hija nos ha contado que un grupo de falangistas fue a buscar a su padre y que le acusaban de hacer señales a los aviones republicanos», ha relatado.

La presidenta de la Asociación Memoria de Mallorca ha destacado «la valentía de esta familia» al denunciar el caso y reclamar justicia. Oliver ha asegurado que en España ha habido «una transición sin justicia para las víctimas», una situación que considera «un hecho doblemente doloroso para una víctima que sufre el daño por la dictadura, el franquismo o el fascismo y después, en democracia, sus propias instituciones no le escuchan».

«Cada vez que una de estas personas muere, sus heridas se cierran, pero a los nietos se nos abren», ha asegurado.