En la vista, Valenzuela pidió leer un documento ante la magistrada. En él denunciaba el daño que le había causado su exmarido que «no hay condena que pueda subsanar»: «Mi deseo no es otro que aplicar misericordia, que siempre prevalecerá sobre la justicia. Le perdono siempre y cuando me deje vivir en Mallorca de forma pacífica».
En su intervención también aludió a las secuelas que ha sufrido por la situación generada a lo largo de tres años y medio: «No jugó limpio, tenía atemorizado a todo mi entorno. Me consideraba un objeto. Ni sentía ni padecía el dolor ajeno: el de mis hijos y el que estaba causando en mi persona mientras violaba mi honor, mi fama y mi intimidad».
La Fiscalía sostenía en su calificación provisional que el acusado creó una situación de dominación durante años respecto a su mujer a la que controlaba y aisló de otras personas. Relata amenazas, el control de sus llamadas telefónicas y el seguimiento mediante un detective privado, además de la remisión a terceras personas de documentación para desacreditarla. La acusación particular incluía también un delito de revelación de secretos.
El perdón en los dos juicios que se han celebrado con pocas semanas de diferencia zanjan los asuntos penales entre los dos antiguos cónyuges.
Tensa negociación
El acuerdo para zanjar las denuncias entre Valenzuela y De España cristalizó a finales de mayo tras una larga negociación en un juzgado penal de Palma donde estaba señalado un primer juicio. La denuncia de Valenzuela se había presentado en el año 2016 y en ella relataba que durante años había sufrido malos tratos psicológicos por parte de su marido y padre de sus tres hijos. La instrucción concluyó en la apertura de juicio oral contra Mariano de España. A su vez, éste planteó una querella por revelación de secretos que también llegó a tener señalado juicio. La denuncia llegó después de los seguimientos de detectives privados a la mujer.
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Feliz final de una disputa corriente en matrimonios que jamás debería haber salido en la prensa y así ser pasto de mil criticas injustas o mal intencionadas. Les deseo lo mejor y siento lo que habrán pasado ellos y su familia. Pero ya saben, las noticias corren demasiado de prisa y al ser públicas son una pesadilla. Que seáis felices y viváis tranquilos, cada uno en su entorno y si además vuelve la amistan tanto mejor.