Indios kumeyaay protagonistas de los 250 años de la fundación de San Diego

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La ciudad norteamericana de San Diego celebró el pasado martes día 16 en el histórico enclave de Presidio Park los 250 años de su nacimiento pero, paradojas de la vida, prácticamente ignorando a su fundador urbano, o sea, fray Juníper Serra, y centrando los actos en el pasado y presente de los indios o nación kumeyaay.

Por si fuera poco, se van a invertir este año 300.000 dólares en ‘resignificar' el museo juníperiano, por lo que podemos echarnos a temblar. El tendencioso historiador Andy Strathman es uno de los que se van a encargar de ello. El mismo jueves 16 se refirió en la televisión local de San Diego al «complicado legado español».

Tanto el senador Atkins como el gobernador de California Newsom y el alcalde de San Diego, Faulconer, participaron en este ‘contubernio antijuniperiano'. Sorprende que la imagen del religioso mallorquín ni siquiera esté impresa en el programa, sí una foto de la misión de 1930.

Satisfacción en Mallorca por el anuncio de la canonización de Fray Juniper Serra.

Está claro que, como en España, la acción de lo políticamente correcto funciona en California como una apisonadora, a lo que se une el varapalo que la administración Trump somete a todo lo hispano y su tradición que es también el legado de Juníper Serra.
Con ese caldo de cultivo, parece que el religioso mallorquín, verdadero fundador de San Diego, fue un espejismo que se va borrando de los libros. Ahora la idea es que los poblados de los kumeyaay como Kosaa'ay son el origen de San Diego. Pero esto es como sostener que Chicago fue fundada por los indios potawatomis y no por el francés Du Sable, que construyó las primeras casas junto al río dándole su germen de ciudad.

Por otra parte, Serra llevó a California la organización urbana moderna y hasta las viñas, lo que ha sido constatado por historiadores profesionales o arqueólogos como Roberto Mendoza, pero todo eso ya no cuenta y San Diego celebra sus 250 años de una forma muy curiosa: dándole la espalda a su fundador mallorquín.

Presidio Hill

Y es que primer asentamiento español en San Diego fue Presidio Hill (1769), un núcleo muy modesto con centro de oración y chozas para los soldados. La refundación de la misión se produciría cerca de Presidio, en 1774, y en la misma tendrían protagonismo tanto Juníper como el alférez y piloto naval palmesano Juan José Pérez Hernández. Ambos llegaron a la bahía de San Diego en la fragata Santiago. Pérez, con su paisano palmesano fray Juan Crespí, siguió rumbo por la costa del Pacífico y Alaska llegando a los 60 grados y sobrepasando los asentamientos rusos, tomando posesión de nuevos territorios de la Monarquia Hispánica, mientras Juníper organizaba la misión. Como curiosidad, un indio kumryaay llamado Gabriel vio desembarcar a los dos mallorquines, a Juníper y a Pérez. Lo sabemos porque en el periódico Pacific Rural Press editado en San Francisco apareció en 1890 un artículo en el que Gabriel, que se cree murió a los 151 años, siendo una de las personas más longevas del mundo, recordaba haber visto desembarcar al fraile petrer.

San Diego es hoy una de las ciudades más prósperas del mundo, con un millón y medio de habitantes. Es fronteriza con la mexicana Tijuana, en la costa del Pacífico. Los kumeyaay ('kumiai') eran una tribu con varias ramas que vivía, desde hacía 2.000 años, en poblados dispersos y en un estado bastante primitivo. Juníper, con mucho esfuerzo, organizó a los indios, les enseñó a cultivar, a hacer artefactos, los protegió de los soldados y consiguió para ellos suficiente abundancia alimentaria. Los reunió en torno a la misión de San Diego de Alcalá, origen de la actual ciudad.