¿Qué fue primero: la literatura o los viajes?
—Primero los viajes, porque desde muy joven recorrí el mundo como reportera con mi cámara al cuello, escribiendo artículos y reportajes. Después llegó la literatura casi por casualidad. Una editora me pidió un ensayo sobre mujeres viajeras, empecé a investigar y descubrí tantos nombres desconocidos que decidí publicar un libro. Así nació Viajeras intrépidas y aventureras. Ya han pasado casi veinte años y lo que puedo decir es que si una mujer tiene curiosidad y espíritu de aventura, no hay quien la detenga.
¿Por qué no hay viajeras con nombre propio, como David Livingstone?
—En el siglo XlX, la imagen de una mujer viajera resultaba ridícula e incluso subversiva. A las más intrépidas se las tachaba de «feas, masculinas e inmorales». Tuvieron que enfrentarse a los prejuicios de una época en la que las mujeres eran invisibles y no contaron con el apoyo de las sociedades geográficas, que les dieron la espalda.
¿Sus libros son una manera de poner en valor a estas heroínas?
—Durante siglos ellas han contribuido con sus viajes al conocimiento geográfico y han protagonizado importantes hazañas, pero ni un monumento ni una placa las recuerda. En los libros de texto se habla de Magallanes, de Cristóbal Colón, pero dónde están las mujeres. Esa es la pregunta que me hice y descubrí una lista interminable de conquistadoras, piratas, peregrinas o aventureras a las que he dado voz en mis libros, como Las Reinas de África o Las Damas de Oriente.
¿Por qué es tan importante hoy en día reconocer a estas aventureras del pasado?
—Para que las jóvenes tengan referencias y sepan que antes que ellas hubo audaces aviadoras, como Amelia Earhart, o pioneras de los documentales de naturaleza, como Osa Johnson. Hay tantas…
¿Cuál es el personaje que más le ha marcado?
—La condesa vasco francesa Marga d'Andurain, protagonista de mi libro Cautiva en Arabia (2009). Espió para los británicos, regentó un hotel en Palmira y se propuso ser la primera occidental que entrara en La Meca. Estamos hablando de los años 30 y para conseguirlo se casó con un beduino y se convirtió al islam. Su viaje a Arabia fue una pesadilla al ser recluida en un harén y más tarde encarcelada en la prisión de Yidda. La prensa francesa, deslumbrada por sus aventuras la llamó ‘La Mata- Hari del desierto'.
Qué puede esperar el lector de su próximo libro, Diosas de Hollywood?
—Me interesa descubrir su lado más humano, más allá de la fama y el glamour. El lector descubrirá que estas rutilantes divas fueron personas solitarias, acomplejadas por su físico y celosas de su intimidad. Las cuatro detestaban la tiranía de los estudios como la Metro Goldwyn Mayer donde, según Ava Gardner, «te trataban como si no tuvieras alma».
¿Por qué ha elegido a Ava Gardner, Elizabeth Taylor, Grace Kelly y Rita Hayworth?
—Son cuatro actrices únicas y legendarias, muy distintas entre sí pero que alcanzaron el estrellato casi al mismo tiempo. Compartieron películas, amantes y algunas, como Ava Gardner y Grace Kelly, se hicieron amigas tras rodar juntas. Las cuatro ocuparon durante décadas las páginas de las revistas y protagonizaron sonados romances. Se convirtieron en auténticos mitos del cine pero sus vidas privadas despertaron igual o más fascinación que sus films.
5 comentarios
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Lei tres libros suyos.Me gustaron mucho.Gracias.
Y un hombre también.
La señora Cristina Morato no ha descubierto ninguna Ámérica. Esto no es de ahora, esto es y ha sido de hace muchísimos años, muchísimos más que los que ella tiene.
Bueno,ahora tampoco nos pasemos.
Una persona es aventurera si puede pagar esas aventuras con su dinero,ganado con su trabajo(limita tiempo de aventuras) o bien está ligada al dinero que le da un patrocinador a quien tiene que hacer publicidad en distintos medio y también le limitará el tiempo que dure la aventura y lugares viditados. No todo es de color de rosa como lo pinta ud. Para una mujer la aventura es mucho más difícil....