El recurso presentado por la trabajadora despedida alegaba que se había producido una intromisión en su intimidad y por tanto, una vulneración de derechos fundamentales por parte de la empresa. La juez concluye que no fue así, en primer lugar porque la mercantil tenía una política clara en torno al uso de Internet en el puesto de trabajo.
Ya en el contrato laboral de la trabajadora constaba una advertencia expresa: «Ningún mensaje de correo electrónico utilizando los medios informáticos proporcionados por la empresa será considerado privado». Además se prohibía el uso de esas herramientas para fines diferentes a los laborales. Además, apenas cuatro meses antes de que se produjera el despido, la dirección envió una circular a todos los empleados para recordar esas normas e incidir en que no toleraría otros usos.
Esos avisos son claves, según la sentencia. Además, la revisión que se hizo de su actividad en la red también fue proporcional, según la sentencia: «No se accedió a ningún dispositivo ni aparato personal sino únicamente al registro de los accesos a Internet que constaban realizados desde el ordenador que utilizaba la empleada».
Además, la empresa acotó a dos semanas las pesquisas. Añade la sentencia: «Al estar prohibido expresamente el acceso a Internet para fines particulares, esa prohibición implica una total ausencia de tolerancia empresarial, por lo que en dichas condiciones el trabajador afectado sabe que su acción de utilizar su ordenador para fines personales no es correcta, y que está utilizando un medio que se encuentra lícitamente sometido a la vigilancia del empresario, por lo que no puede albergar una expectativa razonable de intimidad porque conoce la prohibición y la posibilidad de control empresarial».
Despido válido por infringir la prohibición
El juzgado valida el despido disciplinario de la trabajadora no porque perdiera el tiempo sino porque quebrantó la buena fe contractual al saltarse la prohibición que le impuso la empresa. La trabajadora alegaba una situación de acoso laboral pero ésta se descarta por falta de pruebas. En paralelo tenía otra actividad profesional.
10 comentarios
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Basta darse un peri- voltio por urbanismo, cualquier organismo público y te verás como un pardillo, esperando que te atiendan y ellos al telefono, chateando o dando un paseito ! es el resultado de la falta de respeto hacia los demás.
¡¡Jefe¡¡,mira lo que dice el UH...
La intimidad está amenazada, otra cosa, es que sea una vaga y no produzca en la empresa lo que esté estipulado, también el trabajador que la denunció puede que le tenga inquina o se haya puesto con la empresa de acuerdo para hacer esta maniobra, no hace daño, si mira internet en su descanso obligatorio o horarios de reflujo con firma de antesala.
El modo incógnito lo único que hace es no guardar el historial y los datos de sesión en tu navegador local. Por lo demás, toda tu actividad es perfectamente visible para la empresa, el ISP y los servidores que visitas ;-)
¿Realmente crees que navegando en modo incógnito no dejas rastro? ¿Realmente lo crees?
Todavía quedan pardillos que navegan en el trabajo sin usar modo de incógnito para no dejar rastro en el historial? Ainssss principiantes.
Me parece correcto y soy un currito como muchos que por mi trabajo se pasa horas delante de la pantalla, además lo único que puede suceder es que uno se disperse y baje su concentración para realizar las tareas que tiene encomendadas. Para curiosear y posturear ya tiene uno tiempo de sobra en sus horas libres.
Sentencia parece lógica, tras el abuso de la trabajadora,pero si es algo puntual, me parece exagerado, pero no es este caso. También habría que controlar a las empresas que abusan de los trabajadores, haciéndoles quedar horas extraordinarias que luego no cobran, y digo yo¿quién controla estos abusos? por que el gobierno no, los empresarios ya se buscan las triquiñuelas para saltarse la legalidad y nadie hace nada.
¡Imagínense ustedes cómo serán los funcionarios del GOIB, especialmente los que cobran la "carrera" "profesional"!
Muy bien. Es correcto. Hay muchos trabajadores vagos que aprovechan al internet fuera del trabajo. Hay que despedirles.