Miles de personas se han manifestado en Palma en protesta por la sentencia del juicio del procés. | M. À. Cañellas

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«Autodeterminació i Llibertat. Prou Repressió» fue la consigna de la pancarta que este domingo encabezó la manifestación que recorrió Palma en contra de la sentencia del procés catalán. Unas 5.000 personas (9.000 según los organizadores, y entre 4.000 y 4.500, según la Policía Nacional) tomaron la calles del centro para mostrar su solidaridad con los «presos políticos» y los «exiliados», como el rapero de sa Pobla Valtonyc.

La movilización fue convocada por una plataforma que englobaba la Obra Cultural Balear, la Assemblea Sobiranista de Mallorca, Més y Esquerra Republicana de Catalunya, entre otras entidades independentistas.

La marcha salió de la Plaça del Mercat, ante la Audiencia Provincial de Palma, y se dirigió hasta Delegación de Gobierno, donde una representante de la organización, megáfono en mano, fue nombrando uno por uno los «políticos presos».

Tensión

Antes y a pocos metros, frente al Caixaforum, unos 30 partidarios de la unidad de España ataviados con banderas rojigualdas gritaron cánticos contra los manifestantes y los condenados por el ‘procés'. Aunque se vivieron momentos de tensión, no se registró ningún altercado entre los dos colectivos.

A su paso por el Passeig des Born y antes de llegar al punto final del recorrido, el Consolat de Mar, los manifestantes gritaron consignas como Els carrers seràn sempre nostres, Fora les forçes d'ocupació, L' única violència és la policial o L' únic terrorista ès l'Estat capitalista. Una vez llegados a la sede del Govern, un nutrido grupo de policías se apostó a lo largo del paseo Sagrera para impedir que los manifestantes cortaran el Passeig Marítim. La maniobra resultó un éxito y nadie invadió sus carriles.

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La periodista Glòria Franquet ejerció de portavoz al leer el manifiesto de los organizadores. «Manifestamos nuestro rechazo a la sentencia del Tribunal Supremo español que condena a 100 años de prisión e inhabilitación a los políticos presos y que pone en peligro los derechos a la disidencia, a manifestación y a la libertad de pensamiento», remarcó.

Franquet continuó afirmando que «la sentencia es una venganza de los poderes del Estado, que se vieron desbordados durante el referéndum de autodeterminación de 2017. El día que recordaremos siempre. El día que el Estado enseñó su cara más oscura con la brutalidad policial como respuesta a ejercer un derecho humano. Dos años después, los poderes del Estado todavía no han condenado la violencia y se niegan a investigarlo».

La periodista añadió que «la sentencia es un intento de enviar un mensaje a los ciudadanos que opinan diferente. Tenemos que decir alto y claro que no tenemos miedo. Continuaremos saliendo a la calle exigiendo la libertad de todos los presos políticos y el libre retorno de los exiliados.

Personalidades

La anécdota del día la dio una mujer que acudió con un bote de Fairy, en referencia a la declaración en el juicio del ‘procés' de Enric Millo. El antiguo delegado del Gobierno en Catalunya en el 1-O dijo que los activistas usaron este detergente para que los policías resbalasen a su entrada en los colegios electorales.

A la marcha de este domingo acudieron, entre otros políticos, el exalcalde de Palma Antoni Noguera, el senador Vicenç Vidal, y Guillem Balboa, de Més; los exconselllers Ruth Mateu y Pere Sampol; Mateu Matas Xurí, de Esquerra, y Jesús Jurado de Podemos.