El caso de Son Amar es realmente llamativo. Benjamin Miles explica que «nuestro negocio es 100 % sostenible. Nuestra huella de carbono es neutra y avanzamos hacia la huella negativa. Todas nuestras acciones en este sentido se engloban bajo el nombre de Son Amar Green. Con 250 empleados y cien mil clientes al año, hemos instalado 525 placas solares y quiero instalar otras 200. Hace 9 años, pagábamos 180.000 euros al año en consumo eléctrico. Ahora pagamos 40.000. Un antiguo molino de Son Amar es ahora un aerogenerador. Hemos eliminado impresoras, neveras, apliques, enchufes e instalaciones de aire acondicionado con la redistribución de paneles y ventanas, y contamos con chimeneas solares exteriores que aportan aire caliente».
La reutilización del agua es otra cuestión importante. Miles indica que «hace unos años, consumíamos 280.000 litros de agua al día. Teníamos un pozo que nos obligaron a clausurar y traíamos el agua con unos 28 camiones al día. Hemos eliminado césped, hemos incorporado grifería de bajo consumo y captamos lluvia en párking, terrazas y tejados. Toda el agua gris se reutiliza. De esta manera, de octubre a abril somos autosuficientes en agua, y de abril a octubre vienen uno o dos camiones diarios como máximo. En los jardines no aplicamos ningún producto químico».
En residuos, Son Amar también presenta unos resultados significativos. Según Miles, «reciclamos el 99,6 % de los residuos. Hace años, producíamos 36 metros cúbicos de basura de rechazo al día. Ahora producimos un metro cúbico cada cuatro meses. Para ello hemos establecido e instalado más de 30 categorías de separación de residuos».
Rafael Marín explica que «Talat, creada en 2009, va más allá de la simple ingeniería y aplica sistemas de eficiencia energética y sostenibilidad, además de monitorizar toda la información del edificio, tanto en obra nueva como en rehabilitación».
Marín destaca que «es sorprendente que, en Mallorca, algún hotelero no sepa cuánta agua gasta su establecimiento. Esa información es indispensable para ahorrar y reutilizar. El edificio debe tener una consideración biológica con un seguimiento de su funcionamiento». El objetivo de Talat, con el sector hotelero como principal cliente, «es controlar todo el ciclo de vida del edificio. Muchos hoteleros confían en nosotros y ya tenemos proyectos internacionales. No podemos limitarnos a soluciones concretas para problemas específicos. La gestión debe ser integral y no hay que olvidar que los clientes de los hoteles son cada vez más exigentes».
3 comentarios
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Mientras unos cuidan del medio ambiente, los eco soberanistas siguen con sus republiquetas y sus independencias que ha nadie interesan....
Es estraordinario lo que han conseguido por los gestores de Son Amar. Enhorabuena por el éxito. Es el camino a seguir.
mejor empiecen a ver como van a cmpetir con el 12 porciento de iva turistico de grecia porque se van a quedar con el turismo jugando sucio