La exalcaldesa Carmena, a su llegada al aula de la UIB , donde intervino. A la derecha, con abrigo amarillo, una de las codirectoras del curso, Joana Socías. | Jaume Morey

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Manuela Carmena, exalcaldesa de Madrid, describió este jueves en Palma el modo en que se eternizan los trámites en la Administración y cómo, muchas veces, «una marea de papeles» y «sucesivos informes» se convierten en un freno para resolver de manera ágil los problemas de la ciudadanía. «El mar de papel es el virus de la Administración», dijo.

Carmena, un referente de la izquierda no sólo por su paso por el ayuntamiento madrileño sino por su trayectoria como abogada y jueza, participó en un máster sobre eficiencia en la gestión pública organizada por la UIB y allá encandiló al público asistente (no sólo estudiantes ya que el acto fue abierto) con su argumentos, tanto durante su intervención inicial como en el turno de preguntas.

La exalcaldesa abogó por simplificar los corsés de la Administración y recordó que, a su paso por la Alcaldía, una mujer le comentó que llevaba esperando desde hacía seis años un ascensor exterior para su edificio. Contó que tomó nota, lo comprobó y así era. Es un caso extremo pero le sirvió para ilustrar lo que quería decir.

La extrema derecha

Contó que, desde entonces lleva preguntándose «¿por qué en la gestión pública se hacen las cosas de manera tan poco eficaz» y recordó su sorpresa cuando preguntó qué arquitecto municipal se iba a ocupar de un determinado proyecto –acondiconar un parque de Madrid– y le dijeron que había que convocar un concurso. También añadió que «muchas veces parece que a lo que se dedica la Administración pública es a hacer contratos con terceros».

También habló de política y afirmó que «Yo no era consciente de lo difícil que es para un partido político asumir que alguien puede ser independiente». También se refirió al ascenso de la extremaderecha. Dijo:«Tenemos una democracia con el virus de la extrema derecha porque no hemos sabido cuidarla».

Ante una pregunta sobre la presencia de «una pareja en el Consejo de Ministros» (en alusión a Pablo Iglesias e Irene Montero ) dijo que «no me poreocupa», aunque no entró en si eso podría contravenir alguna norma ética.

El reto pendiente: definir qué es lo que no funciona

Carmena mostró su sorpresa por la cantidad de informes y contrainformes que se pueden acumular sin llegar a determinar «qué es lo que no funciona». En este sentido se quejó de que no haya ninguna estructura estatal que no se ocupe de ello. Afirmó que ya va siendo hora de determinar qué es lo que provoca la corrupción y buscar soluciones. Dijo que después de tantas sentencias, toca atajarla.