El exlíder de Cs en Balears se sincera y carga contra la deriva que ha tomado el partido. | Teresa Ayuga

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Maestro del oportunismo, endiosado, exagerado culto a la personalidad, alguien que considera que la historia empieza con su persona... El ex líder de Cs en Baleares, Xavier Pericay, salda cuentas con Albert Rivera en el libro de memorias que sale el lunes a la venta. «Para alguien como Albert, solo valían las opiniones corroborativas. Y no digamos ya si encima eran encomiásticas», dice de él, entre otras opiniones.

Pericay narra los años que pasó en política, desde su entrada casi por azar a la política balear, a su salida fruto de un complot promovido por la actual secretaria de organización, Joana Capó, con la ayuda del secretario nacional de organización, Fran Hervías, tal y como lo describe en libro.

Los errores

Asegura que la disensión está castigada en Cs y lamenta no haber sido más contundente a la hora de rechazar algunos planteamientos del partido que condujeron al desastre electoral. Dice que el principio de la debacle comenzó en 2017, cuando se impuso un férreo control desde la dirección de Madrid para evitar las baronías y con ellas un posible rival a Rivera, que dejó un partido tan jerarquizado que «para sí habrían querido los sindicatos franquistas».

Lamenta la foto de Colón y cree que el partido perdió el sentido de la realidad cuando Pedro Sánchez presentó la moción de censura porque toda su estrategia se vino abajo. También se arrepiente de haber defendido este modelo de partido y no haberse opuesto con más contundencia al «sanedrín», en el que, además de Rivera y Hervías menciona a José Manuel Villegas.

Entre los que salen mal parados, además de Albert Rivera, está su sucesor en el Parlament, Marc Pérez-Ribas, de quien habla con sorna para no mencionar su lista de «yerros, incoherencias, contradicciones o disparates con que adorna sus intervenciones». Cita dos encuentros «furtivos» con Mateo Isern y José Ramón Bauzá a instancia de ellos. Isern se mostró «encantado» con Rivera y Bauzá preparó un posible pacto a posteriori. Con Bauzá se reunió en un reservado de un hotel fuera de Palma al que le llevaron en un coche con conductor.

Tampoco sale bien parado Bauzá. Asegura que trató de convencer a Rivera para que no fichara al expresident cuando comprobó que Bauzá sobrevolaba «como un moscón» la política del partido, pero revela que contaba con el apoyo de Pedro J. Ramírez. Llama «O.T.» al fichaje de Bauzá y de Joan Mesquida en alusión a la Operación Talento. Del fichaje de Mesquida lamenta que fuera a costa de la caída de Fernando Navarro del número uno de la lista al Congreso de los Diputados.