Todas estas expediciones se desarrollan en el Mediterráneo y tienen a Baleares, y concretamente a Cabrera, como protagonistas especiales. Con esta iniciativa, Save the Med pretende incentivar la participación ciudadana en el estudio de la vida marina, lo que la fundación considera básico para su gestión y protección.
Ricardo Sagarminaga, director de la expedición comentó este sábado que «trabajamos en la búsqueda de soluciones para la sostenibilidad pesquera. En las últimas décadas han cosas que ham mejorado, como la disminución de los vertidos petrolíferos, pero ahora el problema son los plásticos y las artes abandonadas».
Desde 1989, 4.000 voluntarios de 98 países han formado parte de tripulaciones de Save the Med, con personas de todas las edades.
La primera expedición de este año se ha denominado Navegando el invierno balear, de 9 días de duración, iniciándose en Maó y finalizando en Palma. La contribución es de 1.200 euros e incluye el alojamiento en el barco, la comida y el desarrollo de diversas actividades tras preparar el Toftevaag tras su período de invernada. No se trata sólo de navegar. Los participantes colaboran en las labores de recogida científica de muestras y datos. Así, el pasajero, al que no se le exige una esperiencia previa, se siente parte del equipo de investigación. El pasado verano la reina Sofía estuvo a bordo y conoció de primera mano la labor de la ONG.
La próxima expedición será en abril, siempre en el Toftevaag, un antiguo pesquero noruego construido en 1910, que se hundió hace seis años en el puerto de Maó, y ahora cuartel general flotante de la ONG Alnitak.
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