El alquiler turístico en pisos está prohibido en todo el término de Palma. | Redacción Local

TW
51

El alquiler turístico ha perdido cerca de 500.000 clientes en los últimos dos años en Baleares. Mientras que en 2017 casi 2,5 millones de visitantes se decantaron por esta modalidad, el pasado año un 25 % menos eligieron esta opción, en total poco más de dos millones. Así se desprende de los datos del Institut Balear d'Estadística (Ibestat).

Este descenso coincide con la entrada en vigor de la Ley de Turismo aprobada la pasada legislatura que regula el alquiler turístico. La normativa autonómica se aprobó en verano de 2017 y desde el 1 de agosto de aquel año se incrementó de forma considerable el importe de las sanciones a la oferta ilegal, que puede alcanzar los 400.000 euros. Desde entonces, todas las viviendas que se destinan al alquiler turístico deben mostrar el número de licencia de la Conselleria de Turisme, que se concede una vez que las viviendas se han dado de alta para ejercer la actividad.

Regulación

Esta regulación explica el descenso de turistas que se alojan en viviendas de alquiler durante sus vacaciones en Baleares. Hay que tener en cuenta que antes de la entrada en vigor de la ley, muchas casas y, sobre todo, pisos que no tenían la correspondiente autorización se ofertaban en portales y plataformas como legales. Por tanto, muchos turistas que se alojaban en estas viviendas aparecían como clientes de alquiler turístico, pese a no estar regladas. En los últimos dos años y a raíz de las multas impuestas por Turisme a la oferta ilegal, ésta ha descendido de forma considerable, aunque todavía existe.

En cualquier caso, el descenso de clientes de viviendas de alquiler no es atribuible a una reducción de este tipo de oferta legal, pues en los últimos años se han incrementado las plazas de alquiler turístico regladas. Desde el 1 de agosto de 2018, cuando se levantó la moratoria de un año a la concesión de licencias de alquiler turístico, en Mallorca se han venido el 72 % de las plazas disponibles. En total, 14.397 de las 20.000 que estaban a la venta.

Antes de que se aprobara la moratoria no existía ningún límite en el número de plazas y los propietarios tampoco pagaban por obtenerlas, más allá de una tasa administrativa. Con anterioridad a la entrada en vigor de la nueva Ley de Turismo, solo se concedían plazas de alquiler turístico para viviendas unifamiliares. De las 14.297 plazas que se han vendido desde agosto del pasado año, 4.268 corresponden a viviendas unifamiliares y 9.195 a pisos. Si se toma una media de cuatro plazas por piso, en Mallorca hay alrededor de 2.300 pisos con autorización para el alquiler turístico. Ninguno de ellos puede estar en Palma, pues el Ajuntament prohibió el alquiler turístico en pisos en toda la ciudad.

Esta pérdida de clientes del alquiler vacacional no ha supuesto una reducción en la misma proporción de los visitantes que ha recibido Baleares. Como se aprecia en el gráfico, en estos dos años los hoteles han ganado turistas.