¡Un ánfora de unos 2.000 años de antigüedad fue localizada ayer martes en el acceso a una de las calas ubicadas entre la playa de ses Salines y la Torre de ses Portes, un lugar muy transitado por turistas y residentes. | Sergio Cañizares

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Un ánfora de unos 2.000 años de antigüedad fue localizada ayer martes en el acceso a una de las calas ubicadas entre la playa de ses Salines y la Torre de ses Portes, un lugar muy transitado por turistas y residentes.

El hallazgo lo realizó el profesor Albert Prats, exconseller de Medio Ambiente en la legislatura 2007-2011, quien se encargó de llamar a los arqueólogos que, con la autorización del Consell de Ibiza, retiraron la pieza porque corría peligro al estar en zona de paso.

Los arqueólogos Juanjo Marí, Almudena García-Rubio y Glenda Graziani, de la Asociación Arqueológica de Eivissa y Formentera (ASEF), se encargaron de retirar la pieza, que este miércoles ya se encuentra en el Museo Arqueológico de las Pitiusas (MAEF).

Se trata de un ánfora púnica de fabricación ibicenca datada, entre el año 0 y 50 d.C, que no es habitual que se halle completa y que se encontraba casi en superficie, han informado desde el Consell de Ibiza.

La arqueóloga Glenda Graziani ha asegurado que, aunque se presupone que ses Salines fue una zona transitada y empleada en la antigüedad, son «pocos los estudios que se han hecho en este enclave».

Para la arqueóloga, el hecho de que se haya encontrado esta pieza en un lugar tan transitado indica que es una zona «que se debe estudiar con más detenimiento». Se trata de un tipo de ánfora que se utilizaba para transportar el vino que se producía en la isla, ha detallado Graziani.

Por su parte, el arqueólogo Juanjo Marí ha resaltado que es habitual que estas ánforas se encuentren enteras en el mar, en pecios, en barcos hundidos o en tumbas. «Que aparezca un ánfora entera en un contexto que no es funerario ni un barco hundido es bastante extraño», ha apuntado.

En cuanto al hallazgo, Prats ha explicado que, en un principio, observó un fragmento de cerámica de unos 10 centímetros de ancho que estaba estriado y que al quitar un poco de arena de encima, vio que era una pieza más grande y decidió ponerse en contacto con los arqueólogos.

Al respecto, Graziani ha destacado que, afortunadamente, en este caso quien realizó el hallazgo fue «alguien con interés, con capacidad de análisis y con visión, porque a lo mejor, la llega a encontrar cualquiera y esta ánfora acaba en una casa o en el mercado negro».

Sobre este tipo de descubrimientos casuales o fortuitos, la conservadora del Museo Arqueológico de Eivissa y Formentera (MAEF) Maria Bofill ha indicado que se debe avisar a las autoridades, ya sea la Guardia Civil, el Consell y los ayuntamientos, sin tocar ni retirar ningún material arqueológico.

En este caso, el Consell de Ibiza ha autorizado la retirada sin seguir el procedimiento habitual de permisos porque era «peligroso dejarla allí», ha añadido. «La pieza está entera y en muy buen estado de conservación», ha detallado Bofill.