Autoridades y representantes de Endesa. | Pere Bota

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Adelantar la inversión en descarbonizar Baleares y acelerar la transición energética en las islas hasta completarla en 2040 podría generar 30.000 puestos de trabajo y reducir el coste energético en los hogares un 37 % en 2030, según un estudio de Endesa y Deloitte.

El director de Endesa en Baleares, Martín Ribas, ha defendido este miércoles que «es fundamental acelerar la descarbonización de Baleares» y la compañía eléctrica considera «posible conseguirlo hacia 2040», ha explicado en la presentación en Palma de un estudio sobre el plan de descarbonización en Baleares y Canarias elaborado con Deloitte, y dado a conocer hace dos semanas.

Ribas ha destacado la importancia que puede tener este proceso en la reactivación tras la crisis sanitaria. Según el estudio, el grueso de la generación de empleo en veinte años estaría asociado a la instalación de renovables y los cambios de equipos en los hogares.

Según Ribas, las islas serán acelerador y banco de pruebas para otros territorios europeos, mediante una descarbonización que supondría invertir entre 10.000 y 12.000 millones de euros en veinte años y generar hasta 30.000 puestos de trabajo. Esa sobreinversión necesaria es de unos 9.000 euros por balear. Ha detallado la descarbonización de Baleares supondría reducir el coste energético en los hogares, incluyendo el transporte, en un 37 % para 2030 y hasta un 72 % en 2050.

Ribas ha indicado que para hacer posible la descarbonización, es necesaria la «electrificación de la economía», avanzar para que esté libre de emisiones por ser la opción más eficiente y tener en cuenta que todos los sectores son susceptibles de ser electrificados, incluido el transporte.

El desarrollo masivo de las tecnologías renovables a ritmos superiores a los acometidos hasta ahora y de almacenamiento para aprovechar al máximo la generación renovable y facilitar actuaciones sobre el parque existente para introducir innovaciones tecnológicas y modernizar las instalaciones más antiguas son otros de los pasos a dar, según Ribas.

También ha abogado por disponer de otras fuentes no emisoras en el futuro como por ejemplo el hidrógeno, y mejorar las redes de distribución, con nuevas interconexiones para facilitar un modelo más descentralizado y seguro.

El director de Endesa en Baleares ha destacado también «la importancia del uso de la fiscalidad como elemento favorecedor de todo este proceso», y ha puesto como ejemplo que el Régimen Especial Balear (REB) que está «en curso, podría ser un elemento fiscal facilitador de la transición energética en las islas».

El vicepresidente y conseller de Transición Energética, Juan Pedro Yllanes, se ha comprometido a seguir trabajando en la descarbonización: «No vamos a escatimar un solo esfuerzo para llegar a ese horizonte que es más osado incluso que la Ley de Cambio Climático de Baleares, que planteaba el cien por cien de generación de renovables en 2050, y ahora sería anticiparlo 10 años, lo que supone ofrecer unas nuevas islas a las generaciones que nos suceden».

Yllanes ha destacado la necesidad de impulsar una movilidad sostenible y eléctrica y nuevas fórmulas como el vehículo compartido en una comunidad que «tiene una ratio de vehículo por habitante insostenible». Ha subrayado la importancia de los empleos «de calidad» del proceso de descarbonización de las islas.

El conseller de Movilidad y Vivienda, Marc Pons, ha destacado la relevancia de la Ley de Cambio Climático de Baleares como «una hoja de ruta calendarizada que marca los hitos para hacer posible la descarbonización», que es «también un gran pacto público-privado para hacerlo posible». Ha destacado el papel de Endesa con medidas como el cierre de la mitad de Es Murterar y los cambios en la central de Mahón para reducir emisiones y cambiar el combustible fueloil por gas.

Entre las medidas adoptadas, Pons ha destacado el impulso de la red ferroviaria de 80 kilómetros en Mallorca, con unos 6 millones de pasajeros al año, que está completamente electrificada y el proyecto de alimentarla en un 60 % con un parque fotovoltaico y extenderla al aeropuerto y las zonas turísticas como Alcúdia y el Llevant como alternativa al transporte privado, si bien ha advertido que está condicionado a acuerdos e inversión pública del Gobierno central.

Ha recordado la renovación en la red de transporte discrecional con nuevas concesiones y una flota que reduce las emisiones; y la implantación del vehículo eléctrico, con la apuesta del Govern por instalar puntos de recarga.

Pons ha explicado que el Govern también trabaja en el ámbito de la vivienda pública en construcción, con el objetivo de 1.800 viviendas en la legislatura, todas con cualificación energética A, y ha añadido que el gran reto es modernizar el parque de vivienda construido «bastante envejecido e ineficiente».

Según el estudio de Deloitte, Baleares genera emisiones de 9 millones de toneladas (en 2017), más del 80 % en sectores donde ya hay soluciones descarbonizadas disponibles; y el 70 % de lo que consumen las islas es producto petrolífero, asociado principalmente al transporte.

En Baleares, se consumen 6 TWh de electricidad, que podrían llegar a 10 teras en 2040. Para atender esa demanda en un sistema cien por cien renovable, requeriría una generación de 4,5 o 5 GW con renovables y 13-14 GWh de almacenamiento y capacidad de interconexión.

Para alcanzar un sistema energético completamente descarbonizado, el estudio plantea actuar sobre la regulación administrativa, la planificación del transporte, los hogares, los servicios y la generación eléctrica.

El sistema descarbonizado costaría entre 6.000 y 7.000 millones de euros directos hasta 2040 y reduciría los costes de producción de energía eléctrica un 55 %.

Para hacerlo posible, hay que multiplicar por 15 el ritmo anual de entrada de renovables en los próximos 5 o 10 años (lo que costaría entre 1.500 y 2.000 millones de euros), mejorar el parque térmico (que costaría entre 80 y 100 millones) y la seguridad de suministro.