Miembros de la agrupación cuelgan el cartel en la entrada del local. | Casa Obrera

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De antigua oficina bancaria a local social. Un grupo de vecinos de la barriada de Foners, en Palma, han inaugurado la Casa Obrera, una iniciativa que pretende servir de banco de alimentos, albergue para familias desahuciadas y local asambleario.

La Casa Obrera ha colgado su cartel este lunes en un local abandonado de la entidad Cajamar, entre la colaboración de los vecinos y el asombro de otros que pasaban por la calle. Desde el colectivo aseguran estar «hartos de que haya gente que tenga que elegir entre comer o pagar el alquiler, por lo que su objetivo es convertirse en «un punto de
encuentro de la lucha social y la política revolucionaria».

La agrupación cuenta que el nombre se debe a los propios vecinos, ya que serán ellos los que se beneficien de las actividades y proyectos que se desarrollarán en el lugar. Además, manifiestan que esta acción es un «acto reivindicativo» al ser un local de un «banco que fue rescatado con dinero público y responsable de muchos desahucios».

Su intención es poder ceder este espacio a organizaciones sociales y culturales sin ánimo de lucro y «apoyar a las familias que no llegan a fin de mes». «La tomadura de pelo del gobierno en relación a prohibir los desahucios, asegurar unos alquileres asumibles al nivel de paro y salarios percibidos, los derechos laborales... Son simplemente reprobados por los hechos. Cada acuerdo de los falsos representantes de los trabajadores con la patronal es una nueva desgracia y una señal más de decadencia que choca con la realidad. Colas de hambre y de paro, desahucios, miseria y explotación», declaran en un manifiesto.

Desde el colectivo explican que hace más de dos años que intentan encontrar un local para almacenar productos de primera necesidad y solo han recibido como respuesta «trabas burocráticas e institucionales». Además, aseguran haberse puesto en contacto con la propiedad del local y con el Ayuntamiento de Palma para llegar a un acuerdo para utilizar el local.

A pesar de que la jornada de inauguración trascurrió con relativa normalidad, a primera hora de la tarde se personó la policía en el local para intentar desalojarlos, según ha asegurado la agrupación en su cuenta de Twitter. El día finalizó con una primera entrega de alimentos.