Con el mismo gesto de seriedad con el que nos dijeron que no había que perder la calma ante el virus, nos dicen ahora que hemos de ser contundentes; con la misma seguridad con la que en su día llamaron al turismo y hasta hicimos una feria paralela en Berlín, nos prohíben viajar a la Península; con los mismos argumentos sólidos y todopoderosos con los que hay que mantener hoy el sistema educativo abierto teníamos el sistema educativo cerrado; con el mismo gesto informado con el que aducían que nos jugábamos la vida si entrábamos a un supermercado sin guantes hoy nos dicen que el problema está en fumar mientras caminamos. Salir de nuestro municipio era sancionable, pero ahora podemos viajar a Canarias sin problemas. Hay que hacerle la PCR a los mallorquines que vienen de la Península, pero no a los que no voten aquí.
Para cada afirmación solemne que hemos venido escuchando hay una evidencia en contra en algún lugar del mundo. Porque en realidad, lo único cierto de esta epidemia es que el ser humano necesita mucho tiempo, más que meses, más que años, para poder entender cómo se desarrolla una enfermedad así. Nos decían que con el frío sería peor. ¿Entonces por qué Islandia es la que tiene menos casos? Si no nos aislamos moriremos pero Brasil, con un presidente trastornado, no ha hecho nada y le ha ido igual; Uruguay no ha dictado ni una orden obligatoria y está casi libre del mal. Decían que Portugal sí lo había hecho bien y está hoy en un lío monumental. Ayuso decía no al aislamiento perimetral y lo aplicó este puente. Y encima aún no tenemos explicación a por qué África está a salvo. O por qué los autobuses en Baleares no son foco de contagio aunque puedan viajar hasta 59 pasajeros, según orden del Govern balear.
Nuestra política ha quemado un cartucho: el de la credibilidad. Hemos descubierto no sólo que saben lo mismo que nosotros, o sea nada, sino que tienen la osadía de hablarnos como si entendieran, como si supieran, como si fueran expertos. Los pocos que sí entienden están en sus cátedras, concediendo entrevistas a la prensa, pero bien separados del poder, donde únicamente acceden quienes aceptan tocar la música que manda el director de orquesta.
Las redes son la explicación a esta subversión del orden tradicional. Hoy, para cada estupidez que nos dicen, podemos buscarnos la vida y encontrar en algún lugar lo contrario. Y lo podemos hacer al margen del poder. Podemos escapar de su lógica aldeana, buscando verdades alternativas. También podemos encontrar estupideces alternativas, pero algunas, para desgracia de nuestros políticos, son verdades. ¿Entienden por qué les ponen de los nervios lo que llaman fake news? Todo lo que les contradice es fake news. ¡Qué más quisieran que prohibirlas! Todo lo que no encaja en su discurso es un peligro para su teatrillo.
Así, pobre Armengol, cuando nos amenaza con ser contundente, recibe una lluvia de críticas. La presidenta probablemente haga lo único que pueda hacer, lo que haría yo, pero ya nadie le cree. Ni a ella ni a ningún político, y no sólo por el episodio del bar de copas, sino porque estamos hartos de que nos digan cómo doblegar una curva que tanmateix nadie sabe por dónde va a ir. Ellos tampoco, aunque hagan como que sí.
4 comentarios
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Este "comentarista" no es el que fue jefe de prensa de un delincuente llamado Jaume Matas? Pues esto demuestra la poca credibilidad de sus anàlisis.Es increible que "presuntos" delincuentes tengan cabida en medios de comunicaciòn "serios"-
Desde luego que si.... desde el momento que el mismo presidente de gobierno.... hace todo lo contrario a lo que dice... y mira si se puede tirar de hemeroteca.... pues como no van a perder credibilidad?
Hay por ahí un dicho que afirma que para conocer bien a alguien hay que conocerlo en los momentos más difíciles y complicados..., y claro, hasta el más despistado de la clase se ha dado cuenta ya de la poca o nula credibilidad de los políticos, en general, pero: ¿son los únicos que tienen responsabilidad o que siembran dudas y contrariedades?; ¿es la estupidez patrimonio exclusivo de los políticos? ...por cierto, si en Islandia que hace mucho frío hay poca trasmisión: ¿será el frío un aliado para combatir la pandemia...? a ver si va a ser por eso y no se enteran de nada, aquí. Y las fake news sí que existen; por ejemplo: En UH se afirmaba hace días que la economía había retrocedido 20 años, cuando todo el mundo sabe que es imposible viajar en el tiempo... aunque, tampoco descarto que existan verdades alternativas, universos paralelos y los reyes magos...
SI,