Una mujer fuma mientras toma un café en una terraza. | Efe

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Los aerosoles de los fumadores y el humo del tabaco pueden suponer una vía de contagio del coronavirus y de la nueva variante británica, un 70 % más contagiosa. Por este motivo, la entidad No Fumadores, la asociación artífice de la consecución de no fumar en espacios públicos cerrados, ha propuesto al Ministerio de Salud que no dejen realizar esta actividad en la calle y en terrazas cuando no se pueda respetar diez metros de distancia.

«Con la llegada de la COVID-19 hay que potenciar a ese 70 % de la población que no es fumadora», asegura el portavoz nacional y coordinador en Balears de la asociación, Salvador Tárraga, que destaca la importancia de mantener al menos hasta diez metros de distancia –una distancia que avala la comunidad científica, insiste– en lugar de los dos metros establecidos por el Gobierno en todos los territorios del país.

La entidad recuerda que los fumadores tienen un salvoconducto para realizar una actividad negativa para frenar la expansión del virus. Así, mencionan calles concurridas y un gran número de terrazas «llenas sin respetar las medidas de seguridad durante el consumo del tabaco».

«Lo que se plantea desde No Fumadores no es ensañarnos con los fumadores, sino que respeten a los que no consumimos tabaco y al menos los diez metros de distancia. Ahora mismo es ridículo que dejen fumar en terrazas. Cabe recordar que Mallorca está en el nivel 4, así que no dejemos fumar donde está prohibido. Es una impotencia que haya normativas y que no se cumplan», lamenta Tárraga.

Contra el tabaco

La consolidación de espacios sin humo de tabaco ni aerosoles o vapores, declarar los medios de transporte público y privado libres de humo de tabaco o la subida de los impuestos de este consumo son solo algunas de las medidas sanitarias frente al tabaquismo y su regulación de venta que proponen distintas entidades en contra del humo del tabaco en la Declaración END GAME del Tabaco en España 2030, con la que instan al Gobierno a establecer cimientos de la primera generación sin tabaco para 2025 y llegar al fin de la epidemia tabáquica en el 2030. Recuerdan que para la «pandemia del tabaquismo» no hay ninguna vacuna.

El porcentaje de fumadores se sitúa en una tasa elevada, por encima del 30 % de la población. «La COVID-19 no deja de ser un problema pero hay otros como el tabaco, una droga que no solo crea muertes; también discapacidad», sentencia Tárraga.

La AECC considera necesario ampliar los espacios sin humo

El presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer en Balears, el doctor Javier Cortés, considera necesario ampliar los espacios sin humo y erradicar aquellos públicos donde todavía se puede fumar. Así, asegura que las medidas anunciadas por el Govern sobre la actividad de fumar supone un «retroceso» y «perjudica la salud». El doctor recuerda, además, que el tabaco aumenta el riesgo de transmisión de la COVID-19.