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La Seu acogió la celebración de la Pasión de Cristo, en la que se recuerda su crucifixión y muerte el Viernes Santo. La ceremonia de ayer fue la segunda que se llevó a cabo desde que empezó la pandemia de la COVID-19. Unas 400 personas acudieron a la celebración, el máximo permitido al limitarse a la mitad el aforo por culpa de las restricciones derivadas de la crisis sanitaria.

Al principio de la celebración, que se ofició a partes iguales en catalán y castellano, el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, junto a dos canónigos, se postró en el suelo delante del altar para orar en lo que se conoce como el Acto Penitencial.

palma divendres sant a la seu foto Miquel A Cañellas canella

Monseñor Taltavull manifestó en su homilía que «muchas personas tienen la impresión de ahogarse cuando nadie las ayuda, ni se da cuenta de cómo vive el que sufre quedándose sumido en la indiferencia, totalmente insensible al dolor del otro». Añadió que «todo está muy mal repartido; unos tienen mucho y les sobra y otros no tienen nada y, encima, lo poco que tienen se lo quitan. No es que no haya riqueza en el mundo, lo que pasa es que solo la acaparan unos pocos».

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Basílica de Sant Miquel. Muchos fieles acudieron a la basílica de Sant miquel, donde su rector, Antoni Gómez, presidió el oficio litúrgico en el que la imagen del Cristo yacente se depositó en el altar mayor en un sepulcro de madera marmolada. Foto: T.A.

Sed de esperanza

El obispo de Mallorca ilustró la necesidad de esperanza con la metáfora de la sed. «Hay mucha gente que padece sed: la de la gente clavada en la cruz del paro, de la incultura, del hambre y la sed física, de la enfermedad, de la exclusión, los maltratos y toda la violencia física, verbal y mediática, de la persecución, del menosprecio, del insulto y la soledad... ¿Qué es lo que debemos hacer los que somos discípulos de Jesús para ayudar a saciarla? El grito de Jesús, poniéndose del lado de los sedientos, nos avisa de la urgencia de crear nuevas condiciones de vida más humanas y más cristianas», sentenció Taltavull para terminar la homilía de ayer.

La ceremonia terminó con la solemne Procesión del Entierro que recorrió toda la Catedral, encabezada por estandartes ante la devoción de los fieles que se encontraban en el recinto. Hubo quien aprovechó la ocasión para sacar su teléfono móvil con la intención de inmortalizar el momento, ya fuese haciendo fotos o grabando en vídeo.

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‘Davallament' en la Soledat. El rector de la parroquia de la Soledat, Miquel Company, precisió el ‘Davallament' en el que participaron miembros de la cofradía de penitentes que preside Miquel Forteza. En el altar se escenificó el Santo Entierro Foto: T.A.