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La puesta en marcha de una Superliga europea de fútbol como la anunciada este domingo por 12 grandes clubes del continente, entre ellos los españoles Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid, tendría un impacto negativo de 1.720 millones en ingresos y 59.878 empleos, según LaLiga.

La patronal de clubes profesionales del fútbol español, que ha manifestado en varias ocasiones su oposición a esta competición, asegura que la Superliga reduciría los ingresos de LaLiga y sus clubes un 43%, lo que supondría una merma de 1.720 millones de euros, según una estimación encargada por la patronal a la que ha tenido acceso EFE.

El impacto económico en el valor de los clubes que no disputen esta competición sería de 1.815 millones, una reducción del 66,1%, mientras que la reducción de la aportación que los equipos del fútbol profesional realizan al Consejo Superior de Deportes y a la Federación Española de Fútbol sería de 52 millones, un 61,2% menos.

A nivel global, los cálculos de la asociación que preside Javier Tebas aseguran que esta nueva competición mermaría en un tercio el impacto del fútbol profesional en el Producto Interior Bruto (PIB) español, del 1,37% que se calcula aporta actualmente a un 0,93%; y se reducirían en un 32,4% los puestos de trabajo, lo que supondría 59.878 empleos menos.

LaLiga condenó este lunes «enérgicamente» la propuesta de una competición que definió como «secesionista y elitista, que ataca los principios de la competitividad abierta y del mérito deportivo que ocupan lo más profundo del ecosistema del fútbol nacional y europeo», un rechazo al que se sumaron la mayoría de los clubes profesionales, a excepción de los tres adheridos al proyecto.

Esta nueva competición, en la que además de los tres clubes españoles ya mencionados participarían como miembros fundadores los italianos Milan, Inter de Milán y Juventus y a los ingleses Liverpool, Manchester City, Chelsea, Manchester United y Tottenham incluiría a 20 equipos, 15 con plaza fija y cinco que se clasificarían por méritos deportivos.

Su anuncio despertó el mismo domingo la oposición frontal de la UEFA, que este lunes reiteró que los jugadores que disputaran esta competición estarían excluidos de sus selecciones, la Real Federación Española de Fútbol, la FA y la Premier League inglesas, la FIGC y la Lega Serie A italiana o la Bundesliga y la Federación alemana, así como el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro británico, Boris Johnson.

La competición contaría con la financiación del banco estadounidense JP Morgan, según confirmó esta entidad a EFE el lunes, que ha reservado 3.250 millones de euros para un fondo que se repartirá entre los equipos que se unan, según el 'Financial Times' británico, según el cual una compañía radicada en España gestionaría los derechos de televisión y patrocinio de esta competición.