El toque de queda sería de las 23 hasta las 6 horas. | Pere Bota

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El toque de queda se retrasará a las 23.00 horas para facilitar la apertura de las terrazas a partir de las 20.30 horas. Es la medida más importante que propondrá el Govern este jueves a la Mesa de Diálogo Social para iniciar ya la lenta desescalada a la que siempre se ha referido la presidenta Francina Armengol.

El retraso en el toque de queda se hace para permitir que la hostelería abra a partir de las 20.30 y hasta las 22.30. De esta forma, habrá dos turnos de apertura: se mantendrá el actual, hasta las 17.00 horas y a partir de ese momento la restauración deberá cerrar para volver a abrir a las 20.30. Esta ampliación de horarios no se hará durante los viernes, sábados, domingos y vísperas de festivos, días en los que el cierre de las terrazas se mantendrá a las 17.00 horas, así que el toque de queda entre en vigor el sábado y la apertura nocturna de terrazas, el lunes.

Sin interiores
La ampliación de horarios de la restauración no afectará al interior de los establecimientos, que deberán seguir cerrados ya que el Govern entiende que hay un mayor peligro de contagio al ser espacios cerrados donde la gente no lleva la mascarilla.

Esta situación, que provoca un importante diferencia entre quienes tienen terraza y quienes no la tienen, ha hecho que el Govern se dirija a los ayuntamientos para pedirles cierta flexibilidad a la hora de permitir estas instalaciones. Desde el lunes, se autoriza el aforo al cien por cien, pero el Govern pide a los ayuntamientos que ofrezcan soluciones exteriores a los restauradores que no cuentan con terraza. En cualquier caso, se mantiene la limitación de cuatro comensales por terraza, aunque no tendrán que ser de dos únicas unidades de convivencia, como sucedía hasta ahora.

Reuniones sociales

Donde no habrá cambios por ahora es en la limitación de seis personas en las reuniones sociales y familiares, que seguirán vigentes al menos dos semanas más.

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El toque de queda se fijó a las 22.00 horas el pasado mes de diciembre, cuando Balears comenzaba a atravesar la tercera ola de la pandemia. No se levantó ni siquiera durante las fiestas de Navidad, días en los que se fijaron severas restricciones para tratar de frenar los contagios.

La situación epidemiológica ha cambiado radicalmente y de una incidencia acumulada a 14 días de más de 600 casos en el mes de diciembre y enero se ha pasado a menos de 60 en las últimas semanas.

El Govern prepara además la relajación de las limitaciones impuestas en algunos deportes. La flexibilidad de estas medidas entrará en vigor este mismo fin de semana, pero el resto de flexibilizaciones comenzarán el lunes, según fuentes del Govern.

El Ejecutivo tiene previsto aprobar estas medidas en el Consell de Govern que se celebra este mismo viernes. Previamente a reunirá a la Mesa de Diálogo Social y verá a los presidentes de consells. El de Eivissa, Vicent Marí, ya ha anunciado que solicitará que la apertura de la hostelería sea ininterrumpida durante todo el día y se mantenga los viernes, sábados y vísperas de festivos también por la noche.

La consellera de Salut, Patricia Gómez, defendió este martes en el Parlament el cierre del interior de la hostelería y aseguró que todos los estudios científicos señalan que se trata de zonas de riesgo porque, al hecho de ser espacios cerrados, se le suma la circunstancia de que la gente se quita la mascarilla.

«Los interiores de los restaurantes son zonas de alto riesgo porque la gente no lleva la mascarilla y la distancia es difícil de mantener», contestó la consellera de Salut a preguntas del diputado de Vox Sergio Rodríguez.

«Gracias a las normas que hay actualmente y al cumplimiento por parte de los ciudadanos, tenemos la situación epidemiológica y la incidencia que tenemos», añadió la consellera. Rodríguez criticó que el Govern aprobara hace meses un semáforo de restricciones en función de las niveles de alerta sanitaria que no se están cumpliendo,