Imaginen la siguiente situación: una persona busca pareja. Contacta con un especie de coaching del amor, quien le asegura un servicio personalizado, confidencial y de calidad acorde a sus preferencias y afinidades. Y todo esto, con un seguimiento constante. No es un escenario distópico, sino una forma de encontrar una pareja mucho más determinada y que ya está implantada en Mallorca.
A este nuevo método se le conoce como matchmaking y principalmente trabaja a través del análisis, la investigación y el sentido común. Se prioriza la privacidad del cliente y candidato: aquí se trata de enlazar personas afines a partir de una exhaustiva búsqueda. Laura Mójer es la primera matchmaker en Baleares y es miembro de la Comunidad de
Matchmaking en España
En febrero abrió su página web, VinQulo, aunque la idea de adentrarse en este mundo surgió durante el confinamiento: «En todas las conversaciones que tenía surgía la misma preocupación, y es la dificultad de encontrar pareja estable. De hecho, es la cuestión más buscada en Google. Empecé a investigar y así es como llegué al método matchmaking». Aunque este concepto está muy arraigado en Estados Unidos o países como Inglaterra, en España no llegaría hasta hace tan solo ocho años.
Según la psicóloga Ana María Madrid, además de vocal de Igualdad y Género del Colegio de Psicólogos de Balears, «cada vez tenemos menos tiempo de encontrar pareja. El hecho de conectar a través de internet es algo que ya se ha normalizado. Es un escenario más dentro de las relaciones humanas».
Funcionamiento
Aunque este tipo de métodos novedosos no dejan de ser una fórmula más para encontrar el amor, la matchmaker Laura destaca la importancia de «analizar bien el perfil del cliente así como del candidato, investigar el estilo de vida y sus redes sociales». Esta forma de trabajar asegura al solicitante lo que quiere.
«Primero busco en la base de datos si hay un perfil afín, y si no, voy hacia otros canales. A los candidatos también les hago pasar por todo este proceso porque lo importante es que sea gente que quiera una pareja estable», sostiene Laura Mójer. Estas citas a ciegas comienzan con una primera toma de contacto desde Zoom. Lo que hace el método matchmaking es, previamente, contactar con el cliente para asegurar cómo está y cómo se siente. «Hago lo mismo con el candidato. Una vez que la conversación se acaba, vuelvo a llamar al solicitante para que me diga si quiere o no continuar con esta persona», especifica.
Ante todo, la matchmaker resume que: «No prometo encontrar el amor, pues eso dependerá de la cita, sino que prometo calidad, personas con tus mismos objetivos y compatibilidades».
Perfil
La media de edad que acude a este tipo de métodos está en torno a los 45-55 años. «En los hombres se repite el patrón de querer formar una familia, buscan resultados y personas más jóvenes que ellos. Mientras, las mujeres normalmente coinciden en que han pasado ya una relación, incluso tienen hijos, y les gustaría empezar de nuevo».
La psicóloga afirma que «son páginas por las que se paga. No es una red básica. Así que quien acude es un perfil con un poder adquisitivo que la gente joven no tiene. No se verán adolescentes, por lo general». Las páginas de citas para ligar, a su juicio, «son parte de nuestra realidad, y una buena fórmula para encontrar pareja. Pero no hay que olvidar que es el día a día lo que te dará pistas sobre la persona».
En este sentido, asegura que, aunque las formas de conocer gente cada vez evolucionan más, «y el hecho de estar soltero ya no está mal visto, sí se observa, que se siguen perpetuando los roles de género, no solo en las citas online sino en la realidad: hombres solteros y mujeres con cargas». Ante todo, la psicóloga defiende que, con el tiempo, «esta tendencia cambiará, evolucionará, sobre todo con las generaciones más jóvenes.
3 comentarios
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Made in Mallorca. Me encantar. Buen iniciativa
Matchmaker??? Casamentera de toda la vida! Preguntale a los gitanos, que llevan toda la vida haciendo esto. Vaya tontería la de ponerles nombres en inglés a las cosas de siempre. Que verguencilla ajena.