El precio de venta de las viviendas en la costa española ha subido un 0,5% entre abril de 2020 y el mismo mes de 2021, hasta situarse en 1.751 euros por metro cuadrado, según un estudio publicado por idealista, que destaca que el Covid no ha conseguido «tumbar» los precios en la costa.
A continuación, se sitúan la Costa del Maresme (Barcelona), con un alza del 2,3% en el último año: la Costa de la Luz (Cádiz), con un repunte del 2,2%; la Costa vasca guipuzcoana (+2%), la vizcaína (+1,1%), la Costa de Valencia (+1%) y la Costa de Cantabria (+0,5%).
Según idealista, todas las demás costas españolas registran precios más bajos que los que tenían hace un año. El mayor descenso lo protagoniza la Costa Tropical (-6,5%), seguida por la Mariña Lucense (-5,9%), la Costa de Almería (-5%) y la Costa de Las Palmas (-4,6%).
Con descuentos inferiores al 4% se sitúan la Costa de la Luz onubense (-3,2%), la Costa del Azahar de Castellón (-3,1%), la Costa Brava de Girona (-1,6%) y la Costa Dorada de Tarragona (-1,1%).
Por su parte, la Costa da Morte (A Coruña), la Costa de Santa Cruz de Tenerife, la Costa Verde (Asturias) y las Rías Baixas (Pontevedra) presentan la misma caída interanual en abril, un 0,9%, mientras que en la Costa Cálida (Murcia) los precios se mantuvieron prácticamente estables, pues apenas descendieron un 0,1%.
En términos absolutos, el litoral balear se mantiene como la zona más cara, con un precio de 3.273 euros por metro cuadrado. Le siguen la Costa guipuzcoana (3.147 euros), Maresme (2.370 euros) y la Costa vizcaína (2.365 euros). Por encima de los 2.000 euros por metro cuadrado se encuentran también la Costa Brava (2.241 euros) y la Costa del Sol (2.050 euros).
Por el contrario, la Mariña lucense es la zona costera con precios más reducidos, con 840 euros por cada metro cuadrado. Le siguen la Costa da Morte (992 euros); la Costa del Azahar castellonense (1.029 euros), la Costa Tropical (1.086 euros) y la Costa Cálida (Murcia), con 1.151 euros por metro cuadrado.
1 comentario
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En Catalunya han tomado medidas para limitar la construcción costera en pediente, como en los alrededores de Andratx y que es muy destructiva para el paisaje. Sin prohibirlo, conceden menor edificabilidad a los solares en pendiente. Desde luego, no le veo ya mucho aliciente a la vuelta en barco de toda la Isla, por lo menos en Ponent y Llevant.