Maria de Lluc Amorós posa antes de la entrevista. | Jaume Morey

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Maria de Lluc Amorós (Palma, 2004) está cursando una FP de cuidados auxiliares de enfermería, motivo por el cual entraba en uno de los grupos preferentes de la vacunación. De hecho a finales de enero, su tutor en el IES Josep Maria Llompart, ya les avisó de que se les llamaría desde el Servei de Salut para recibir su primera dosis, en aquel momento, de la vacuna de AstraZeneca. Cabe recordar que, por aquel entonces, este suero estaba aprobado para la franja de 18 a 55 años, en la que ella no estaba incluida y ahí empezó su particular cruzada. «En febrero vacunaron a toda la clase y yo me quedé en una lista de espera pero no me llamaron», cuenta. En aquella época no había solución posible, según las estrategias de vacunación del Ministerio de sanidad.

Sin embargo, posteriormente, visto que con este fármaco se producían efectos secundarios graves en casos excepcionales de personas jóvenes, se paralizó la vacunación y se acordó que el nuevo grupo de edad al que se destinaría AstraZeneca sería la franja de 60 a 69 años.

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Los grupos de profesionales esenciales y sanitarios que no estaban en primera línea y que no se hubieran inmunizado debían ser rescatados este mismo mes de mayo, y se les suministraría la vacuna de Pfizer, ésta sí, ya aprobada para mayores de 16 años.

Pero a día de hoy la situación de Maria de Lluc Amorós es la misma sin que nadie se responsabilice. Es consciente de que ha caído en una especie de limbo del sistema. «De momento nadie me ha llamado, no me ha dicho nada salvo que no me pueden vacunar porque soy menor», lamenta, y «si no me vacunan antes de septiembre no podré realizar mis prácticas y titularme de auxiliar de enfermería», advierte. Para terminar el curso necesita realizar 400 horas de prácticas en centros sanitarios, la mitad en uno privado y la otra mitad en uno público. Le que corresponde un periodo de tres meses, pero sin inmunidad frente a la COVID no será posible.

Sólo en este centro de estudios la situación puede afectar a dos alumnas más que, por edad, se han quedado en el mismo limbo que no les permitirá terminar el FP y avanzar en su carrera profesional. «Necesito acabarlo para después estudiar otro de grado superior y tras él me gustaría estudiar Medicina», relata Amorós. «Hemos llamado a cuatro sitios diferentes», cuenta resignada. Ni su tutor, ni Infovacunas han sabido darle respuesta. Todo hace pensar que por grupo de edad podría estar vacunada antes del inicio del curso escolar que es cuando debería empezar las prácticas pero la burocracia debe hacerse ahora, mientas sigue en la lista de espera. Maria de Lluc Amorós calcula que, si no hay solución, pueda al menos realizar sus prácticas el próximo mes de enero para así no perder un año lectivo. Sin embargo, «yo tengo que hacer prácticas ahora», reclama. En igualdad de condiciones que el resto de sus compañeros de clase que, calcula, son unas 15 personas en horario de tarde. Amorós se ve a sí misma como una víctima de las excepciones y entiende que la campaña avanza a grandes trazos y tendrá que esperar a que el grueso se haya vacunado.