El embajador Rafael Guillermo Arismendy Jiménez está desde hace tres meses al frente del Consulado de Colombia en Baleares, al que llega tras más de treinta años de carrera con destinos como Puerto Rico, Ottawa o Abu Dabi.
Llama la atención el gran crecimiento de la colonia colombiana en las Islas, ¿a qué se debe?
— A uno de enero teníamos 23.064 connacionales en los municipios de Balears, según consta en el INE. Desde 2016 ha venido produciéndose un incremento importante de colombianos en las Islas. Por lo que he verificado en el Consulado, algunos vienen directamente a Palma y otros se trasladan desde otras ciudades españolas. Balears es un área que atrae y aquí los colombianos se sienten en casa. La forma de integrarse en la sociedad es importante y les hace sentirse más confortables. Su vida a nivel económico y social ha mejorado en muchos casos y existe esa expectativa. Es una comunidad respetuosa con las normas locales y se desempeñan en diferentes sectores productivos.
¿Cuáles son los principales problemas de los residentes colombianos en Balears?
— El tema de la regularización de aquellos que no lo están. Sin embargo, tienen una facilidad que es el tema del idioma, que les permite integrarse fácilmente. El Consulado está trabajando con las autoridades locales para brindar una mejor asistencia consular.
¿Cuáles son las funciones del Consulado?
— Primero debemos promover y salvaguardar los intereses del país de sus connacionales en las Islas Balears, por lo cual he realizado visitas de cortesía a las diferentes autoridades locales y directores de los centros penitenciarios. Tenemos unas funciones de notario y de registro civil para diferentes trámites en Colombia y de expedición de visas para ciudadanos extranjeros que viajan al país. Una tercera tarea es apoyar en funciones comerciales y culturales en coordinación con la Embajada en Madrid. Para nuestra sede en Palma es importante resaltar que todos los cónsules hemos sido de carrera diplomática y consular. Es un plus que ha tenido el Consulado de Colombia para las Islas Baleares.
¿Cómo se organiza la comunidad colombiana en Mallorca?
— Es una comunidad que quiere hacer vida aquí, que quiere producir y que la segunda y la tercer generación se asiente en España. La comunidad colombiana ha sabido integrarse en la sociedad de Balears. Tenemos agrupaciones de colombianos y me he estado reuniendo con sus líderes en Palma y en Eivissa y próximamente lo haré en Menorca, aprovechando las jornadas de consulados móviles que realizamos periódicamente.
Después de la oleada de protestas en Colombia, ¿la calma ha llegado al país?
— Es un trabajo que ha sido progresivo y gradual por parte del Gobierno, que ha querido avanzar a través de un diálogo nacional. El presidente Duque se ha venido reuniendo con interlocutores de los diferentes sectores, con representantes de derechos humanos, sindicatos, congresistas, estudiantes, afro descendientes y poblaciones indígenas para alcanzar consensos. Es un momento muy importante porque es motivar a que entremos a un diálogo abierto, constructivo y permanente y proyectar soluciones a fin de mejorar la situación y reactivar nuestro país.
Las protestas sociales coinciden con la crisis que plantea la pandemia.
— La presencia de la pandemia, para todos los países y en especial para los latinoamericanos ha generado unos desbalances económicos. En Colombia la economía se desplomó un 6,8 por ciento. Esta crisis ha provocado un descontento por parte de la población en el contexto de las medidas impuestas para abordar la actual pandemia. Se han producido bloqueos y el Gobierno está trabajando para solucionar estas situaciones que han generado desabastecimiento de alimentos, insumos médicos y combustibles.
En Palma también se han producido protestas de ciudadanos colombianos.
— Se han concentrado de manera pacífica en plaza de España, al igual que en Eivissa, dando un respaldo a la situación del país. El Gobierno nacional es garante en territorio colombiano del derecho a la protesta social, ha respetado y acompañado a los manifestantes en el ejercicio libre y pacífico de este derecho fundamental.
¿Qué medidas ha adoptado el Gobierno ante el descontento?
— El Gobierno lo ha centrado en un tema de diálogo nacional y desde el seis de mayo se producen mesas de concertación, con una agenda organizada, como forma correcta de dirimir las controversias.
¿Se ha entendido lo ocurrido en Colombia a nivel internacional?
— La solidaridad y el respaldo de la comunidad internacional al estado de derecho y la institucionalidad de Colombia son fundamentales para seguir avanzando con acuerdos que ayuden a recuperar el bienestar y la tranquilidad, siempre dentro de un marco de respeto por los derechos humanos y sentido democrático.
Visita del cónsul al Grup Serra
Rafael Guillermo Arismendy visitó el lunes el Grup Serra y mantuvo un encuentro con la presidenta, Carmen Serra, y el director de Ultima Hora, Miquel Serra. El nuevo cónsul inicia ahora su mandato de cuatro años al frente de la delegación en Balears y aborda una serie de encuentros con autoridades locales y con la sociedad civil para dar a conocer la institución y la situación de sus conciudadanos.
Todas las comunidades hispanas han sumado... antes íbamos a pasear y nos aburríamos escuchando el mar, ahora está todo mucho más animado con su ritmo latino y olor a cervecita, sin olvidar los patinetes, y como vecinos, igual, ahora tenemos los alegres alborotos de madres e hijos en sus viviendas plurifamiliares, que nos salva de tener que lidiar con un silencio insoportable, y si cogemos el bus algún día, podemos tener suerte y descubrir algún que otro aroma nuevo de comida, pero lo mejor es que con ellos regresan las creencias religiosas, para un verdadero progreso comunitario. Eso sí, para pandilleros y delincuentes tendría que haber mano dura y encerrarlos o deportarlos a todos. Qué menos.
5 comentarios
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Todas las comunidades hispanas han sumado... antes íbamos a pasear y nos aburríamos escuchando el mar, ahora está todo mucho más animado con su ritmo latino y olor a cervecita, sin olvidar los patinetes, y como vecinos, igual, ahora tenemos los alegres alborotos de madres e hijos en sus viviendas plurifamiliares, que nos salva de tener que lidiar con un silencio insoportable, y si cogemos el bus algún día, podemos tener suerte y descubrir algún que otro aroma nuevo de comida, pero lo mejor es que con ellos regresan las creencias religiosas, para un verdadero progreso comunitario. Eso sí, para pandilleros y delincuentes tendría que haber mano dura y encerrarlos o deportarlos a todos. Qué menos.
Como noticia para un 28 de diciembre estaría bien.
No se lo cree ni él...