Joan Cerdà, nuevo presidente de la demarcación de Mallorca.

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El pasado día 19, Joan Cerdà (Manacor, 1973) asumió oficialmente el cargo de presidente de la demarcación de Mallorca del Col·legi Oficial d’Arquitectes de les Illes Balears (COAIB). Fue el único candidato que se presentó para suplir a Ignacio Salas, que dejó su cargo antes de acabar su segunda legislatura. Por ese motivo, desde hace meses Cerdà ejerce como presidente en funciones. Es fundador de NIU Arquitectura y desde 2005 trabaja en Palma.

¿Qué prioridades se ha marcado en su legislatura?

— Mi objetivo fundamental es agilizar las licencias de obra municipales. Seguramente sea la principal queja de nuestros 1.400 colegiados. Es un tema complejo en el que no hay un culpable concreto. Los ayuntamientos carecen de medios y recursos. Durante muchos años han estado sometidos a unas restricciones en la contratación que no han permitido que vengan técnicos cualificados. La media es de 12 o 14 meses pero en Eivissa llegamos a extremos de dos años. No puede ser que el proceso administrativo sea la traba principal para hacer una obra.

¿Qué solución proponen?

— Estamos negociando con Palma, Marratxí, Llucmajor, Manacor, Felanitx, Andratx… La idea es firmar un convenio para que el colegio revise la parte técnica de los proyectos y los técnicos municipales reciban la documentación verificada y solo tengan que hacer la revisión urbanística. Ahorraremos muchas deficiencias durante la tramitación y la concesión de la licencia será más ágil. También estamos trabajando con Carreteras, Medi Ambient o Recursos Hídricos para colaborar con ellos y reducir los tiempos de los informes.

¿Qué opinan los consistorios?

— Hemos encontrado una muy buena acogida, también de las otras instituciones. Todo el mundo es consciente de que la situación se ha cronificado. La Administración lleva un retraso descomunal que no puede asumir. La media para conceder una licencia de obra en Balears es de 16 meses. El acuerdo más avanzado es el de Palma, el que más interesa porque es el que más volumen tiene. La firma del convenio será inminente.

¿Qué otras medidas piensa impulsar este legislatura?

— Abrir el colegio a la sociedad y generar un espacio de coworking y salas de reuniones para los colegiados. Queremos reactivar un pequeño bar en la sede del COAIB, abierto también a gente ajena del sector para disfrutar de un lugar emblemático. También impulsaremos la creación de una plataforma on line y potenciaremos la figura del tutor, ese arquitecto senior que hará de tutor al arquitecto que empieza.

¿En qué situación se encuentra ahora mismo la arquitectura balear?

— Es una profesión muy vinculada al sector económico. Todas las crisis ayudan a replantear las prioridades y reflexionar sobre qué tipo de arquitectura necesita la sociedad. Nuestra profesión debe mejorar las condiciones de vida de la gente, la vivienda, la ciudad. Pasamos de la crisis del ladrillo a la del COVID y ahora la gente se ha dado cuenta de que la forma de habitar las casas son diferentes. De pedir terraza y luz natural. Lo mismo pasa con la ciudad: espacios libres, parques, aceras... A partir de ahora nos planteamos otras formas de proyectar y vivir.

En la burbuja se veían proyectos faraónicos, ¿el arquitecto piensa ahora en pequeño?

— Un buen proyecto no depende del presupuesto. La arquitectura debe acercarse al ciudadano y a pequeña escala, que influye mucho en las condiciones de vida. Los proyectos estrella de obra pública van asociados a ciclos económicos en expansión. Hoy en día la inversión pública tiene que centrarse en lo que más falta nos hace, que es la vivienda. Es fundamental. El futuro para por vivienda pública de alquiler.

¿Se superó la crisis de 2008?

— Empezábamos a salir y ahora nos tenemos que adaptar a la del COVID. Se desplomó la construcción de la vivienda plurifamiliar y ha tardado mucho en activarse. Empieza a haber algunas promociones en Palma pero sigue siendo muy poco, se encargaron muchas unifamiliares y reformas hoteleras. Nuestro trabajo ya no es tan monocultivo y hacemos encargos de todo tipo.

Uno de los proyectos estrella de su despacho fue la rehabilitación de los bloques de Corea.

— Ganamos el proyecto porque no tiramos los edificios. Nosotros defendíamos que estas viviendas se podían rehabilitar manteniendo el concepto. Tenemos un enorme parque de viviendas anterior a los años 80 que se pueden reformar bien en lugar de construir nuevos edificios y consumir más territorio. Y más el nuestro, que es más acotado. Es importante consumir el territorio de forma ordenada, consumirlo en función de los planes generales de ordenación.

¿Qué opina de las peatonalizaciones en Palma?

— Es una ciudad con contaminación. Hay que tener una estratega de movilidad muy bien pensada que conecte la ciudad de forma sostenible, viable y eficaz. Que me dé pereza coger el coche. Seguramente habrá que mejorar el transporte público.

MALLORCA - VISTA AEREA DE MALLORCA. MAS FOTOS EN EL DISCO DEL DIA 5/06/2020.

El PGOU, a punto de caramelo

Cerdà advierte de la necesidad de una herramienta para planificar Palma. «Llevamos demasiados años sin tener un plan general actualizado, el anterior es de hace casi 30 años». Afirma que el que se está llevando a cabo «dibuja la Palma del futuro, permite asumir los nuevos retos de sostenibilidad, espacios libres, vivienda, movilidad…».