El año pasado, el primero de la pandemia de covid-19, se registraron en Baleares 8.562 defunciones, un 7,1 % más que en 2019, cuando se produjeron 7.995 muertes.
Según los datos hechos públicos este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el archipiélago tuvo en 2020 la menor tasa de defunciones de las regiones españolas, con 7 fallecimientos por cada 1.000 habitantes, y fue la cuarta con menor aumento interanual de las muertes, por detrás de Canarias (4,2 %), Galicia (5 %) y Murcia (5,8 %).
La esperanza de vida en Baleares se situó el año pasado como la más alta de España junto con la de Navarra, con una media de 83,4 años.
En 2020 nacieron en el archipiélago 9.377 bebés, frente a los 9.681 nacimientos de 2019, lo que representa un descenso interanual del 3,1 %. Esta bajada es la menor de todas las comunidades autónomas.
La tasa de fecundidad de las islas se sitúa en 1,11 hijos por mujer, ligeramente por debajo de la media nacional, que es de 1,18.
A partir de estos datos el INE calcula en Baleares un crecimiento vegetativo de 815 personas, solo superado por Murcia, con 1.432 habitantes. Estas dos comunidades, junto con las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, son los únicos territorios con crecimiento vegetativo de la población en 2020.
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