El Govern cierra un techo de gasto para 2022 que ronda los 5.000 millones

Los Presupuestos del año próximo irán en la línea de los de 2021, fuertemente inversores y todavía vinculados a la política económica postpandemia.

El Ejecutivo (aunque eso tienen que recogerlo los Presupuestos estatales) contará para los próximos años con 110 millones (el próximo año, 183) con cargo al Factor de Insularidad del Régimen Especial Balear (REB). El Govern, además, ha anunciado esta semana un plan de inversiones estratégicas financiado preferentemente con cargo a fondos europeos.

La consellera Sánchez compareció ante el pleno para explicar el acuerdo alcanzado con la ministra Jesús Montero y respondió a una interpelación de Més per Menorca sobre las inversiones.

Lo que este partido quería saber es cómo habían quedado las inversiones estatutarias que preveía el Estatut d'Autonomía en tanto no se aprobara el REB.

Según Sánchez, Baleares recibió 1.854 millones en ese periodo temporal, de los que 1.224 millones correspondían a inversiones territorializadas y 359,7 millones a convenios entre el Estado y la comunidad autónoma. Las inversiones y los convenios se paralizaron después del 2011 (coincidiendo con el Gobierno de Rajoy) y se tuvieron que devolver 58,4 millones, a los que se sumaron otros por intereses de demorar alcanzando los 62.   

Larga trayectoria

En relación al REB y al acuerdo sobre el Factor de Insularidad, Sánchez admitió que todavía no se ha desarrollado del todo pero que lo conseguido es un avance.

«Sabemos que todavía queda camino por    recorrer y que tenemos cuestiones pendiente y que seguiremos reclamando aunque este acuerdo es motivo de satisfacción para todos».

Si el próximo año se incluyen 183 millones y no 110 es porque se incluyen los atrasos por incumplimientos. En la negociación se fijó en 73 aunque según el portavoz del PI, Josep Melià, esta cantidad es insuficiente y debería ser de 220 millones.

En su intervención, la consellera Sánchez recordó la «larga trayectoria» por mejorar la financiación de las Islas y elogió el papel de la sociedad civil.

De hecho, la reclamación por la insularidad comenzó con el PP que fue cuando se planteó que Balears se financiara de acuerdo a la población flotante.