El plan prohíbe la instalación de superficies comerciales de más de 40.000 metros cuadrados en la Isla, si bien la zona determina el tamaño. Se establece una zonificación de hasta cinco categorías, cada una de las cuales fija un máximo de metros cuadrados y los municipios o áreas que incluye. Además, se valora el impacto medioambiental de las superficies comerciales de más de 700 metros cuadrados, y el impacto de movilidad en las que ocupen más de 5.000, que podrán suponer la denegación de licencias para su construcción.
La sentencia, del pasado 4 de octubre, defiende que «no aprecia que las líneas estratégicas en que se sustenta el Pecma, consistentes en la zonificación y en el establecimiento de superficies comerciales máximas para cada una de ellas, vulneren la libertad de acceso y ejercicio de las actividades comerciales, ni la competencia entre operadores, ni que introduzcan distorsión en el mercado ni tampoco que encubran una motivación meramente económica a fin de favorecer a pequeños comerciantes y perjudicar a las grandes superficies».
Cabe recordar que, durante la tramitación del plan, desde el Consell siempre se defendió que su finalidad era ordenar el comercio desde un punto de vista territorial. Se trata de algo que se deja claro en la sentencia: «Partiendo de la premisa de que no se prohíbe en ningún caso la implantación de equipamientos comerciales en Mallorca, sino que se modula la ocupación del territorio con fines comerciales para preservar los valores urbanísticos, ambientales y de los derechos de los consumidores».
Contra la sentencia se puede interponer un recurso.
Punto de vista
Un plan con el apoyo de todos los grupos políticos
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.