La decisión de solicitar ahora la nacionalidad la tomó tras lo sucedido en Inglaterra con el Brexit. «En agosto de 2020 presenté todos los documentos al ver que cumplía con los requisitos. Desde Madrid me dijeron que tardarían un año en darme una respuesta».
Pasó el tiempo y a Victoria eso no le preocupó. Sin embargo, relata, «al ver la resolución me quedé helada». Le habían denegado la nacionalidad pese a toda una vida en Mallorca y demostrar 25 años cotizados.
Recorrido
Victoria Fowler es licenciada en Traducción e Interpretación en inglés, francés y español por la Universidad de Granada. Su nivel de castellano equivaldría, así, a un C2. En Mallorca estuvo como auxiliar de vuelo, primero, y hasta entonces se ha dedicado a la docencia. «Es ofensivo que me digan esto, mi integración es incuestionable», reconoce Victoria que, a pesar de presentar todos los documentos, entendió que adjuntar un A2, teniendo un C2 y prácticamente una integración absoluta desde los ocho años, no era necesario.
Por otra parte, el Ministerio de Justicia le exigía presentar un certificado de antecedentes penales, cosa que era «incongruente» porque «cuando salí de mi país solo tenía ocho años, no procede solicitar algo así», lamenta. En esta situación se puso en contacto con una abogada para que le llevara el caso. Victoria, que por los años es más española que inglesa, decidió hace poco interponer un recurso de reposición contra la resolución porque, entiende, no se ajusta al ordenamiento vigente y «provoca indefensión». Asimismo, dice que se ha sentido «insultada al leer tal barbaridad» cuando le denegaron dicho reconocimiento.
En el documento que presentó en la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública, sin obtener todavía «ninguna respuesta», solicitó que se le conceda la nacionalidad por residencia continuada «totalmente integrada durante más de 40 años».